​El Bodegón: Un lugar que promete hacerte viajar en el tiempo a través del paladar
​El Bodegón: Un lugar que promete hacerte viajar en el tiempo a través del paladar

Inspirado en las grandes tabernas limeñas, el último concepto por el que el Grupo Acurio apuesta es un homenaje a estos lugares de antaño, donde se pueden disfrutar platos de toda la vida. Con una carta que nos hace viajar en el tiempo, este pequeño ambiente nos enamora desde el primer instante, con opciones tan deliciosas que justifican la larga espera por la .

Este espacio tiene mucha historia. Una esquina con encanto, que guarda el nombre del local anterior y que Acurio decidió mantener para esta nueva propuesta.

Vivo cerca a El Bodegón y es increíble como constantemente entra y sale gente. Debe ser porque todos los platillos, de una u otra forma, nos hacen volver a casa y a nuestra infancia. Una fórmula de éxito asegurada. El secreto radica en su cocina casera con una excelente sazón, platos bien servidos, buen ambiente y muy buenos precios.

Irresistible

A cargo de la cocina está la chef Cinzia Repetto, y aunque la carta no es larga, no hay un solo platillo que no apetezca. Comienza con los sánguches con opciones como salchicha de huacho y huevo, jamón norteño, pescado frito, panceta al cilindro o apanado de lomo fino. Dentro de las entradas para picar probamos las croquetas cremosas en punto de adobo, crujientes y cremositas como lo dice su nombre. Las acompaña una tártara que combina a la perfección. Continuamos con la tortilla de huevera guisada en su chorrillana, simplemente maravillosa. El punto es perfecto y el sabor también. El chicharrón de pollo de aquellos años ochenta es crujiente y jugosito. Está hecho de pierna de pollo y viene con el clásico limón con canela china para sumergir.

La papa a la huancaína tibia y licuada tiene el punto perfecto de ají. Nos quedamos con las ganas de probar el pastel de choclo y las mollejas estofadas de la abuela, pero está demás está decir que volveremos pronto.

Más opciones

Hay ensaladas y sopas, como el chupe de pallares al ají amarillo o el menestrón espesito y reponedor, ideales para ahora que el verano empieza a marcharse. Dentro de los platos de fondo pudimos probar el arroz tapado de cordero a lo pobre, con huevo frito y plátano frito, delicioso. 

La coliflor entera almendrada que se cree ají de gallina, un plato que tenía ganas de probar hace tiempo y que desapareció de la mesa en un dos por tres. El aeropuerto, donde todo aterriza, viene servido con huevo frito y una milanesa de cerdo crujiente. El estofado de lengua, papa amarilla y pasas a la limeña es suave, sabroso y contundente. Hay más opciones para que se antoje y vuelva pronto, como la huatia de res a la surcana con frejoles y yuca, el riñoncito a la diabla servido con puré de papa casero o las albóndigas de la abuelita. 

No se olvide de guardar sitio para el postre, donde encontrará guargueros, flan casero con manjar, torta de chocolate de cumpleaños, un tres leches de chocolate o una pavlova de chirimoya y fresas, entre otras delicias. Sin duda, un lugar para visitar que debe poner en su lista de pendientes.

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