El futuro de la comida está cambiando
El futuro de la comida está cambiando

Yo siempre digo que tengo la suerte de ser cocinero, peruano y de vivir en esta época. El Perú ha avanzado muchísimo en el rubro de la gastronomía en los últimos años y estamos viviendo en un cambio no solo importante, sino acelerado. Nuestro país es un país riquísimo, y no estoy hablando solo de lo rica de su comida, sino rico en biodiversidad, en sus productos, rico en su cultura, etc. 

Esta base, abundante y biodiversa, es la mejor para poder prosperar y desarrollarnos como lo venimos haciendo. Y esto me lleva al tema de la columna de hoy, ya que una de las cosas que ha venido cambiando muchísimo en los últimos años es la educación gastronómica.

La cantidad de escuelas de cocina que han ido apareciendo en los últimos tiempos ha sido notoria. No solo institutos especializados, sino también escuelas dentro de prestigiosas universidades o marcas mundialmente conocidas han ido desarrollándose, especialmente en Lima. Desde 1993, Le Cordon Bleu (una escuela de cocina de origen francés y una de las más prestigiosas del mundo tiene una sucursal en Lima, la única en Sudamérica). Universidades modernas como la UPC o la San Ignacio han apostado por carreras de Gastronomía y Hotelería, como parte de una oferta innovadora y adaptada a las necesidades del mercado local.

También, desde este año, la Pontificia Universidad Católica del Perú cuenta con un programa de Gastronomía completo e interesante, que no solo es muy ambicioso, sino que ha sido preparado en conjunto con Gastón Acurio, el chef más importante y representativo del Perú. Tengo la suerte de ser parte de este programa siendo profesor de un curso. La experiencia de formar a futuros profesionales del rubro no solo es interesante, sino muy enriquecedora para uno mismo. 

Aunque vengo hace mucho dedicándome a enseñar cocina, siempre lo he hecho de manera casual en Urban Kitchen, pero hacerlo de manera profesional hace que uno vea las cosas de manera distinta. Las herramientas y la información con la que los estudiantes cuentan, hoy en día, es mayor y van a estar mucho mejor preparados para afrontar de manera óptima el futuro de nuestra cocina. 

No solo vamos a tener que enfocarnos en seguir cocinando rico y en tener algunos de los mejores restaurantes del mundo, ya es hora de empezar a pensar en el impacto de esta industria en nuestro país, en cómo podemos generar mayores ingresos a través del turismo gastronómico, en cómo podemos reducir la anemia de tantos niños peruanos o en como podemos poner en valor insumos e ingredientes utilizados históricamente en el Perú, como la chicha de jora o el ají negro. 

El futuro de la cocina está cambiando y en gran parte las próximas generaciones podremos llevarla a algo trascendental. Para ello, hay que seguir siendo muy buenos y reconocidos en lo que hacemos, pero también tenemos que ser consecuentes con nuestra tierra y nuestro país. 

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