Jimena Agois: Adiós, 2018
Jimena Agois: Adiós, 2018

El 2018 se fue en un abrir y cerrar de ojos. Y este concluye con muchos aspectos positivos y otros no tanto para nuestra gastronomía.

Empezamos con la parte triste, ya que este año se llevó a dos grandes de nuestra cocina: el primero, Humberto Sato, pionero de la cocina nikkei en nuestro país y fundador del restaurante Costanera 700; la segunda es Sonia Bahamonde, cocinera de culto, quien junto a Fredy Guardia, su esposo e hijos, deleitó desde su cebichería chorrillana por casi cuarenta años a los comensales locales.

Mistura

Otra noticia que llamó la atención, pero que pasó desapercibida fue la cancelación de la Feria Mistura. Aunque las fallas en ediciones anteriores ya nos habían llevado a pensar que esto, tarde o temprano pasaría, es una pena que una de las fiestas más importantes alrededor de nuestra cocina haya llegado a su fin, aunque muchos ya veníamos hablando de cómo había perdido el encanto que supo deleitar a los peruanos.

Produce

El jalón de orejas este año lo recibe Produce, que ha tenido una pésima comunicación alrededor de las vedas de especies en nuestro mar. Todo inició con el pejerrey, donde comenzó la veda y a los diez días se dio una resolución de pesca exploratoria que permitía su pesca y venta. Lo mismo pasó hace unas semanas con el bonito, en donde se decretó veda porque la cuota se había cumplido para el resto del 2018 y a los cinco días se decretó ampliarla. Mientras tanto, los mercados y comercios venden a cantidades. ¿Qué pasa, Produce? Estos mensajes contradictorios no nos ayudan a proteger nuestro mar y sus especies que tanto lo necesitan.

Alegrías

Pero son más las buenas noticias. Maido obtuvo no solo el premio al mejor restaurante de nuestro país en los Premios Summun por segundo año, sino que también ganó como mejor restaurante de Latinoamérica, siendo el sexto año consecutivo en que un restaurante peruano queda como vencedor. Mérito ofrece una cocina peruano venezolana que gusta y encanta. Mo Bistro vuelve, este vez en Miraflores, con una propuesta que arriesga y gusta. Central se muda a un local que impacta, sólido y con una investigación Mater Iniciativa, alrededor de nuestra cocina e insumos que sorprende y que desde acá aplaudimos. Kjolle de Pía León abre sus puertas, tratando insumos conocidos de una manera más relajada, pero con la impecable técnica aprendida de sus años en Central. Arlette Eulert se consolida con una propuesta sólida, de mucho sabor y técnica como pocas. El público se arriesga y sale de sus zonas de confort (Miraflores y San Isidro) para probar otros sabores en lugares como La Picante en Jesús María, o Barra Khuda en Santa Catalina. La cocina peruana sigue dando que hablar, y desde acá esperamos que este 2019 llegue con muchas novedades.

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