Madrid Fusión 2014: La leyenda de la cocina francesa Michel Bras fue la atracción principal del día

Javier Masías @omnivorusq

"La felicidad es un croissant con tu esposa porque le dijiste la palabra justa. Uno no tiene que gastar una fortuna en salir a comer a un restaurante para vivir la gastronomía", con algo de poesía y el tono meditativo y sensible que lo caracteriza, Michel Bras, una leyenda viva de la cocina francesa y uno de los antecedentes más importantes de la cocina kilómetro cero, llenó el auditorio de El palacio de congresos de Madrid, durante la ponencia más importante del día de hoy.

En una entrevista esclarecedora que tuvo lugar ante cientos de asistentes se refirió a algunos de los temas más actuales del mundo gastronómico actual.

Sobre la omnipresencia mediática de la gastronomía y la proliferación de los reality shows, explicó que le parece bien en cierta medida, pero con reservas. "Dan a conocer el trabajo que hacemos, pero aparecer en un programa de televisión no te convierte en un buen cocinero", refirió. "La gargouilloi y el coulant de chocolate –la ensalada más famosa del mundo y el postre más imitado, conocido como volcán o bocanera en Perú–, fueron el resultado de 35 años de trabajo".

"Es importante que en cocina se rescate un sentido de respeto. Nuestro trabajo es el resultado del respeto que tenemos por nuestro trabajo, desde los productores hasta los comensales", añadió.

En un mundo en el que la diversidad se ve constantemente amenazada y en el que la carencia de productos parece ser una realidad inminente, Bras expresó su preocupación: "yo no tengo una solución. Tendríamos que empezar a exigirle a los políticos que se ocuparan menos de su ego y más de la naturaleza y el planeta". También habló del rol que cumplen las cocinas en este proceso: "como humanos, los cocineros venimos de la naturaleza y le debemos una suerte de esclavitud".