Tras días de celebraciones alrededor de suculentos potajes, la octava edición de Mistura cerró ayer sus puertas con cifras superiores a las previstas. Por ello se calcula que la asistencia total pasó los 500 mil visitantes entre extranjeros y peruanos.
Así lo estimó el vicepresidente de Apega, Mariano Valderrama, quien destacó que la meta de este año fue que primara la calidad en los alimentos sobre las ventas.
“El balance de la asistencia del público es positivo. Este año prevaleció en Mistura la calidad sobre la cantidad. Siguiendo las recomendaciones de Defensa Civil, tuvimos un aforo de 25 mil personas. Cuando se llenaba, restringimos el ingreso hasta por 20 minutos”, detalló.
Los organizadores informaron que durante los diez días que duró el evento (del 4 al 13 de setiembre) se reciclaron más de 19 toneladas de plástico, entre platos, cubiertos, vasos, botellas y otros utensilios.
En el último día también se registraron largas colas en las boleterías y en varios de los 190 stands que ofrecían deliciosos platos, bebidas y postres. De igual forma, una gran congestión vehicular estuvo presente en un tramo de la Costa Verde, en Magdalena, a pesar de que 50 efectivos agilizaron el tránsito.
Y es que nadie quería quedarse sin degustar los platos insignia de Mistura: el chancho al palo o a la caja china, que se volvieron a coronar este año como los más vendidos. Las novedades que sorprendieron a los comensales fueron la “tacuquinua”, la “chocotanga” y el pan de lúcuma.
LO MALO
Mistura no fue una isla en el tema de la inseguridad. Unas 60 personas denunciaron que les robaron sus celulares cuando visitaron la feria.