Postre
Postre

Santa Rosa de Lima, ejemplo de sacrificio y devoción católica. Se sabe mucho sobre su vida, donde vivió, cómo vivió, etc, pero hay muchos detalles que se desconocen sobre su vida como por ejemplo que tiene un postre que lleva su nombre. Empecemos mencionando que Santa Rosa no vivió en un convento, porque pertenecía a la orden de los Dominicos, entonces la primera conclusión importante es que ella no gozó de la opulencia, sofisticación y abundancia que caracterizaba y caracteriza a la comida de los conventos, ni que decir de la amplísima variedad de confitería, dulcería y pastelería que se hizo y se hace en estos lugares. Imaginemos por un momento si Santa Rosa hubiese pasado los años de su vida en un convento, el sacrificio hubiese sido mucho mayor.

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Los conventos de Lima fueron abundantes en términos culinarios, fueron espacios en los que se reprodujeron gran cantidad de recetas que luego, en el transcurso del tiempo salieron y acabaron en manos de cocineras y cocineros. Las hicieron suyas y se sumaron al gran repertorio de la gastronomía peruana, entonces, ¿la cocina peruana, tiene también parte de su origen en los conventos? Por supuesto. Sobre todo la dulce, recordemos que por la época de existencia de Santa Rosa de Lima, el placer de comer dulce era símbolo de poder económico y ese poder se encontraba en gran parte en los conventos, esa es una de las razones de por qué se comía tanto dulce por aquella época y porque el limeño de hoy se le conoce como “dulcero” El Perú y en especial Lima, demostraban su poder mediante el uso de azúcar en sus preparaciones, éramos ostentosos.

un misterio. Pero la forma de vivir y alimentarse de Santa Rosa, fue todo lo contrario a lo que se vivía en dichos lugares. Ella era una persona ascética, creía que el cuerpo no debía recibir aquellos placeres y por consecuencia creía en la mortificación del cuerpo para poder conectarse con Dios mediante la oración. Comía muy poco al día, básicamente alimentos de origen vegetal (hoy sería llamada vegana), hojas amargas y semillas eran parte básica de su dieta y los carbohidratos venían por la hostia, por eso no era casual que comulgue varias veces al día para recibir el cuerpo de Cristo.

Pero hubo un placer al cual Santa Rosa no pudo rechazar, la taza de chocolate caliente, preparado casi de la misma forma en la que se prepara en Navidad.

La taza de chocolate (sin leche obvio) la tomaba en mates decorados. Fue tan importante para ella esta bebida que cuando cayó enferma, pidió una taza o mate de chocolate caliente

Por aquella época había una especie de torta de camote, hecha con camote, huevos, azúcar y especias, esta misma preparación, años más tarde pasó a llamarse mixtura de Santa Rosa y por supuesto tuvo su temporada en el Señorío de Sulco. ¡Ojalá vuelva la mixtura al Señorío!

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