Adriana Carulla: “El embarazo me ayudó a entender mejor a las madres”
Adriana Carulla: “El embarazo me ayudó a entender mejor a las madres”

Las madres son mujeres que día a día han aprendido a enfrentar retos para velar por el cuidado de su familia, sobre todo de sus hijos. Ellas saben que en un contexto actual, donde se desempeñan como profesionales, también pueden darles a ellos la mejor alimentación. En esta oportunidad, la nutricionista Adriana Carulla nos comenta cómo pudo equilibrar ambos aspectos de su vida y de qué manera ser madre influyó en su carrera.

¿Cómo nace tu interés por estudiar nutrición? 

Yo dictaba clases de aeróbicos en el gimnasio, cuando las personas empezaron a preguntarme qué podían comer después de hacer ejercicio. Fue ahí que me llamó la atención el tema de la alimentación y busqué carreras de nutrición en Lima. Así descubrí que eso era exactamente lo que quería hacer, lo que me apasionaba. Con el tiempo empecé a hacer muchas charlas de nutrición, relacionadas cada vez más con el deporte.

¿Cómo surge la oportunidad de ingresar al rubro de asesoramiento de empresas?

Cuando regresé a Lima, luego de ser catedrática en EE.UU., abrí un consultorio donde atendía a deportistas y personas en general. Al poco tiempo, empezaron a venir las empresas y los asesores con productos y campañas. Yo había estudiado nutrición deportiva y, de repente, estaba asesorando a empresas en temas de marketing nutricional, algo nuevo para mí. Trabajé ambas cosas cerca de 5 años antes de salir embarazada. Tuve que dejar el consultorio y dedicarme solo al tema de asesoramiento nutricional por cuestión de tiempo.

¿Cuáles fueron los cuidados en tu trabajo durante tu embarazo?

Al principio era muchísimo más estricta, más cuadriculada cuando diseñaba las dietas. El embarazo, aparte de cambiar mi alimentación y frenarme un poco en el deporte, me ha hecho ser mucho más empática con las personas y entenderlas mejor. Me ha dado la oportunidad de sentir lo que cada una de ellas sienten para yo ser un poquito más relajada y, de repente, dar más opciones al decirles que disfruten un poquito más la vida.

¿De qué manera tu nueva etapa como mamá ha influenciado en tu trabajo?

Tremendamente. Yo no veía nada de lo que era el tema de nutrición infantil, no sabía lo que era. Ahora hago muchísimo lo que es responsabilidad social, y me voy a los lugares más recónditos que te puedes imaginar para capacitar mucho a las mamás en estos temas. Siento una enorme gratificación cuando una viene y me dice que ha cambiado su alimentación, porque fui y le expliqué una cosa tan sencilla para mí, pero que para ellos es realmente importante.

¿Ha sido difícil balancear tu rol de madre con tu carrera? 

Fue bien duro dejar mi independencia laboral y, de repente, responsabilizarme por una familia entera y velar porque esta funcione. Sin embargo, asesorar las empresas me ayudó a que yo pueda distribuir mi tiempo mucho mejor. O sea, a mis hijos los acostaba y -como tengo la oficina en mi casa- automáticamente iba a mi escritorio a revisar mis pendientes. Todo es cuestión de equilibrio.

¿Tu desarrollo profesional se ve influenciado en la relación con tus hijos? 

Dios es sabio. Me ha mandado a uno que come de todo, con quien puedo aplicar todos mis conocimientos; y otro, el menor, que no le gusta probar nada nuevo. Tengo los dos mundos. Me he vuelto una chef en la práctica y hago combinaciones que no te puedes imaginar. Una correcta alimentación se refleja en el crecimiento y desarrollo de los niños, los dos primeros años son indispensables. Enseñarle esto a las madres en los comedores es crucial para que ellas puedan mejorar la alimentación de los pequeños sin la necesidad de gastar más. En Perú, aún hay mucha desinformación nutricional en todos los sectores.

DATO

Adriana Carulla. Nutricionista de Oster. Estudió nutrición y dietética en Lima. Ha llevado cursos de posgrado y especialización en el extranjero. A sus 38 años, es madre de dos niños y está pronta a lanzar su primer libro.

-6 premios ha recibido Carulla como la Mejor Nutricionis-ta del Perú.

-2011 año en que la prevalencia de anemia en gestantes del Perú fue de 28%.