“El arte no está en la gimnasia complicada, sino en el estilo del bailarín”
“El arte no está en la gimnasia complicada, sino en el estilo del bailarín”

Solange Villacorta (SV) abrazó las zapatillas de ballet gracias a un clásico de este arte: un video del Lago de los cisnes. Sola o en presencia de sus padres, igual danzaba una y otra vez. Desde allí no abandona el ballet ni la vieja cinta que funge de su mentor. “Hasta hoy lo veo cuando tengo que practicar el Lago de los cisnes. Fue como mi incentivo”. Ahora, desde la docencia, enseña a niñas como Paula Ballón (PB), quien se presentará en el VI Certamen Internacional de Escuelas de Ballet, a interpretar con el corazón en escena.

¿Cómo se puede sentir atracción por el ballet desde tan pequeña?

PB: Mis papás me inscribieron en cursos de ballet. Cuando tenía 5 años me metieron a preballet y después ya no pude ir por un tiempo. Más adelante le pedí a mi papá que me inscriba nuevamente y él aceptó porque sabe que amo el ballet.

¿No se opuso?

PB: No, para nada. Él me entiende porque de chibolo le gustaba bailar break dance. Dicen que lo hacía bien bonito.

Solange, ¿lograste una beca para estudiar en el extranjero, no?

SV: Sí. Fue una gran experiencia porque terminé de formarme en aspectos técnicos. No solamente me enseñaron como bailarina, también me guiaron en cómo enseñar. Fue un trabajo muy minucioso y me empapé con un excelente método, el Vaganova, que usamos en la escuela. Definitivamente me dio más seguridad para realizar mi trabajo.

Tenías una carrera en el exterior. ¿Qué te devuelve a Perú? 

SV: Me fui a los 15 y regresé dos años después porque tenía un sueño pendiente de bailar en mi país. Claro, en un momento pensé: “Me formo un tiempo en Perú y después me voy”, pero al trabajar en el Ballet Municipal de Lima me di cuenta que me sentía bien acá.

¿Cómo así? 

SV: Me sentía contenta por tener trabajo y, a la vez, contar con la cercanía de mi familia. No es que me acomodé, pero había logrado otras cosas en mi vida personal que me engrandecen.

Desde tu experiencia en el extranjero, ¿cuál es la realidad del panorama latinoamericano del ballet? 

SV: Brasil produce actualmente bailarines mejor formados, con más precisión, aún por encima de cubanos y argentinos. Hay mucho talento, pero falta más trabajo meticuloso.

Como docente, ¿a piruetas más trabajadas se asegura la calidad del arte?

SV: El arte no está en la gimnasia complicada, sino en el estilo del bailarín. Él necesita expresar de manera dramática y con una sensibilidad estética. Se trata de convertir la técnica en arte.

¿Enseñar o estar en el escenario? ¿Dónde hay más pasión?

SV: No puedo escoger. Me apasiona mucho enseñar. Soy bien intensa. Sé que las chicas pueden dar lo mejor porque yo lo sé. También me apasiona bailar, pero también enseñar.

¿Hay un rol al que le guardas más cariño? 

SV: A mi primer ballet, La bella durmiente. Creo que me voy a jubilar con ese ballet porque a mí me marcó mucho. Me ayudó a crecer como bailarina. Recuerdo que entrené como nunca para ese rol. Si me dicen que se lo monte a una bailarina, yo me lo sé de pies a cabeza.

¿Alguno te hizo llorar en escena? 

SV: Fue Romeo y Julieta. Fue tanto el estudio para ese ballet que en ese momento terminé llorando. La música era demasiado preciosa. La química con mi compañero era tal que para mí era mi Romeo literalmente, y ese sentimiento no lo logras hasta que logras una madurez en escena. Fue bonito.

Hablaste del retiro. ¿Qué tan complicado es este paso para una bailarina? 

SV: Yo creo que será un momento feliz porque ya cumplí mi sueño. Ya bailé por muchos años y ahora me dedico a lo que me corresponde por mi edad. Para algunas es difícil, pero en mi caso no. 

DATO

Solange Villacorta. Profesora. Primera solista del Ballet Municipal de Lima (BML) y egresada de la Escuela Nacional Superior de Ballet (ENSB). 

2006 año en que Solange Villacorta gana una beca de estudios en Vladimir Issaev School of clasicall Ballet en EE.UU.

16 delegaciones, entre nacionales e interna-cionales, concursarán en este certamen.