El centro poblado menor El Bendito, en la provincia de Zarumilla, Tumbes, frontera con Ecuador, es el último rincón de nuestra costa. Se encuentra a menos de 2 kilómetros de Punta Capones y del Canal Internacional que nos separa del vecino país del norte.
Allí viven 150 personas en extrema pobreza. Están a años luz del Perú oficial: de los presidentes, autoridades regionales, congresistas, alcaldes, jueces y policías.
También de programas sociales, atención médica, agua potable y de los caminos asfaltados. Para salir a Puerto Pizarro hay que recorrer 12 kilómetros de una trocha insufrible para los riñones, la que pasa junto a las langostineras que operan en la zona. La otra opción, que lleva a Zarumilla, es más corta. Son 8 km, pero el camino de tierra afirmada está peor que el primero. No hay mucho que escoger.
AYUDAS. Acá la presencia del Estado se da a través de un precario colegio para 7 niños de inicial y 17 de primaria, aunque todos solo cuentan con un profesor.
También hay presencia de la Marina de Guerra del Perú, que opera en la zona desde el Destacamento de Infantería de Marina de El Salto, que resguarda la frontera a través de puestos de vigilancia y patrullajes por los manglares. Los marinos apoyan como pueden a las familias de El Bendito.
El capitán de fragata Óscar Prieto, comandante de la base, efectuó una acción cívica junto a su personal, la que sirvió para conocer las necesidades de la gente que habita este lugar, hasta hace poco considerado refugio de delincuentes, quienes llegaban sabiendo que jamás la Policía los iba a buscar allí.
TRISTE REALIDAD. Uno de los resultados fue comprobar que la mayoría de niños sufre de infecciones respiratorias, diarrea, dengue, males en la piel y hasta cuadros de malaria.
El Bendito también padece la falta de agua. Por eso, la Marina también llevó este vital líquido. Un camión cisterna de la Marina avanzaba lentamente por la única calle y llenaba cuanto recipiente le salía al paso.
Flor de María Huayta, gobernadora del lugar, señala que hace años esperan el asfaltado de la vía que une El Bendito con Zarumilla. "Los niños que estudian allá no quieren ir al colegio, porque tienen que pasar en mototaxi por esa trocha espantosa. Si queremos pagar un taxi, nos cobran S/.15, y eso es imposible de pagar acá", afirmó.