Esta es la historia de uno de los sacerdotes más carismáticos de Tacna
Esta es la historia de uno de los sacerdotes más carismáticos de Tacna

Es característico que las misas dominicales de la Parroquia Virgen de Fátima se abarroten de personas cada domingo, y más de uno busque en el del recinto un diálogo bastante cercano que les permita acceder a su bendición. Su estilo coloquial de realizar las homilías lo ha llevado a ser muy querido por los feligreses y en más de una ocasión se le ha visto visitando las viviendas de los necesitados. Se trata del sacerdote colombiano Agustín Arrubla, quien lleva evangelizando en un poco más de 5 años.

Su estilo al momento de realizar la eucaristía es bastante peculiar, por no decir único, pues comparte momentos de júbilo al lado de la feligresía que se apuesta en la parroquia, a tal punto de necesitarse más bancas para aquellos que quedan fuera. Pese a ello, el párroco medellino se considera una persona bastante seria al momento de llevar el evangelio.

“La misa es algo seria, hay que decirlo es un ritual; hubo un historiador que vino de Lima y me decía: ‘padre lo felicito porque su celebración usted combina muy bien lo que es serio, lo ritual, lo sagrado con lo coloquial’, es tal vez eso, no es que no seamos serios, la eucaristía en realidad tiene que ser seria, yo he optado por la cercanía, que es lo que hace la diferencia”, detalló.

Su carisma, ha influido en el desarrollo de la parroquia. Hoy cuenta con tres coros y más de 11 acólitos que lo acompañan no solo en la misa sino también en la extensión de la eucaristía. Cuenta que en su primer acercamiento con la , notó cierta reserva en muchos de ellos que con el tiempo fue superada y hoy forman parte activa de la iglesia.

“Cordero de Dios”, “Aleluya”, “Padre Nuestro”, y “Junto a ti María”, forman parte de las canciones que suenan con fuerza cada domingo.

Pero ¿Quién es Agustín? muchos asisten a la parroquia, bailan y entonan los conocidas canciones y esperan el final de la eucaristía para recibir su bendición pero, pocos conocen su trayectoria.

Su barrio pacífico e intelectual, donde se formó Arrubla, hoy de 44 años, no estaba tan alejada de la violencia que marcó los 70 y 80 de su país con el rostro del conocido narcotraficante Pablo Escobar, su presencia, a decir del sacerdote, marcó un antes y un después de las ciudades donde tuvo influencia.

“Se acaba el cartel de Medellín y surge una pobreza más extrema y una violencia más cruda porque ya no hay quien pague los servicios del sicariato. La gente empieza a hacer trabajos más pequeñitos, estos chicos que estaban acostumbrados a lo fácil ya no la tienen tan fácil y eso genera en algunos barrios una violencia por disputa de territorios”, recordó Arrubla.

Es su familia cristiana y caritativa que han pauteado su agenda de vida, pues según explica él los suyos siempre han sido gente muy dada al servicio de la comunidad y a la curación de las personas con la medicina tradicional.

“Estuve en varios lugares, me ha tocado estar en Centroamérica, luego en África, 4 años en Kenia, donde la vida es de otra manera y otro precio, donde no hay agua, el ambiente todavía es muy hostil, aparte que la salud es muy precaria pero la gente es muy querida y muy cercana entre sus familiares”, mencionó.

Desde afuera, Arrubla es conocido como el padre de la sanación, sin embargo él solo explica que todo es cuestión de fe y que son las propias personas quienes logran sanarse a través de su cercanía a Dios.

“Es todo un proceso de evangelización, es la prolongación de la eucaristía en la vida de las personas”, explicó tras dar réditos a los grupos de sanación, que realiza todos los viernes en favor de la comunidad, y al que asiste parte de los feligreses. 

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