Catharine Acurso, una joven cubana-estadounidense de 25 años y 1.73 de estatura, perdió en un año 46,7 kilos gracias a su perseverancia y fuerza de voluntad. Ella a través de Facebook decidió revelar su secreto para llegar a su objetivo.
La mujer residente en Los Angeles (California, EEUU) contó a la revista de salud femenina Women’s Health que pasó de 112,4 kilos a 65,7 en sólo 12 meses.
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“Toda mi vida tuve sobrepeso. Vengo de una familia de gente rellenita, y cuando era pequeña, todas nuestras reuniones familiares se basaban en la comida. No importaba si era una reunión feliz o triste, la gente siempre estaba ofreciendo algo de comer el uno al otro (y no quieres insultar a nadie por no comer, es una parte de mi cultura cubana). Además, con cinco hermanos y mi mamá trabajando mucho, la comida rápida era algo habitual”, explicó.
Acurso que desde que cursó el sexto grado probó casi todas las dietas populares, pero siempre recuperaba su peso o incluso subía un poco más. Sin embargo, la muerte de su abuela, quien falleció de un ataque al corazón algo común en su familia, fue lo que la hizo reflexionar.
Unos meses después de su muerte, en enero de 2009, se unió junto a miembros de su familia al programa Weight Watchers (conocido plan para bajar de peso). Aunque no ayudó en un primer momento, decidió que quería empezar a hacer cambios en mi dieta y actividad física por su cuenta.
Fue así como empezó haciendo cambios muy graduales como dejar de beber gaseosas y limitar la comida chatarra. También agregar más frutas y verduras a su dieta. Asimismo su rutina de ejercicios también tuvo cambios paulatinos.
“Comencé a caminar en mi hora de almuerzo y hacer senderismo para quemar calorías extra y aumentar mi metabolismo. Después de perder cerca de 27 kilos, comencé a usar una máquina elíptica en el gimnasio y corría en el verano. Para enero de 2010, cuando había logrado alcanzar mi meta de pesar 65 kilos, me preparé para correr su primera media maratón”, relató.
Para Catharine las 3 claves de su triunfal baja de peso fueron:
- Tomar siempre desayuno: “Esto ha sido un factor crucial en mi pérdida de peso, ya que me impidió estar hambriento y cansado al final del día”.
- Tratar de hacer algún tipo de ejercicio todos los días: “Empecé caminando durante mi hora de almuerzo durante una hora, y eso realmente me ayudó a conectarme con la actividad física. Simplemente se convirtió en un hábito que me gustó mantener a diario”.
- Ser paciente con la pérdida de peso: “Tenía semanas donde no comía tan bien como yo hubiese querido y a veces ganaba un poco de peso, pero yo sabía que podría volver a la pista. Eso me ayudó a no renunciar a la esperanza y seguir con mi nuevo estilo de vida”.
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