Senji Nakajima tiene una esposa y dos hijos, pero la distancia a la mujer a la que una vez prometió amar hizo que se adquiriera a Saori, una muñeca sexual.
A los 55 años este japonés decidió darle fin a su soledad y comprar a Saori con el único fin de satisfacer sus necesidades sexuales, pero con el paso del tiempo esta relación se convirtió en algo lejos de lo físico, sino que Senji empezó a enamorarse de la personalidad de este instrumento.
Ở cái tuổi "xế chiều" ông Senji Nakajima tuyên bố đã tìm thấy tình yêu đích thực. https://t.co/RVBhmtHDaM pic.twitter.com/D9nThwmY3y— Tin Từng Giây (@tintunggiay) 28 de junio de 2016
Su relación ha sido tan grande con la muñeca que se ha olvidado de su familia, ya no sabe dónde se encuentran.
Este mercado de las muñecas de silicona se ha vuelto cada vez más fuerte y ahora mueve hasta 14 millones de dólares. Estás acompañantes llegan a costar 5 mil dólares y se les conoce como el producto que hará que "nunca más deseen una novia verdadera de nuevo".
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