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Aunque estudió contabilidad y ejerció su profesión por algunos años en reconocidas empresas del país como auditor, Jonathan Oscar Buendía Vilchez finalmente decidió inclinarse por la gastronomía, convirtiéndose en el segundo maestro del negocio que sus padres Oscar y Esther iniciaron hacer más de 22 años, y asumiendo el reto de administrarlo.

Para ofrecer variedad y darle valor agregado a este establecimiento que actualmente lleva el nombre de Café Bondi Empanadas, basado en los conocimientos que adquirió en la capital y su perspectiva de innovación, creo dos nuevas presentaciones de este delicioso bocado que tras su lanzamiento rápidamente ha conquistado el paladar de los centenares de comensales que diario los visitan.

¿Cómo así te inclinaste por este rubro? Viene de familia; mi abuelo fue uno de los primeros maestros pasteleros de Tacna. Mi papá siguió sus pasos, pero en el año 2010 comenzó a alejarse del rubro por lo que junto a mis hermanas Angie y Carolina decidimos tomar la posta de la empresa para darle un nuevo enfoque y así ofrecer variedad y atención de calidad a nuestros clientes.

¿En qué consistió ese “nuevo enfoque”? Lo primero que hicimos fue cambiar el nombre de la empresa por uno más familiar y comercial en torno al apellido, lo cual ya se venía pensando desde el año 2009. Mi hermana mayor propuso Bondi que en italiano es Buendía, o sea nuestro apellido, y luego de a pocos comenzamos a mejorar el local y ofrecer otros productos.

¿Cuando iniciaron sus padres este negocio? En 1994 en la calle Zela con el nombre de “Victoria” en honor a mi abuela; era uno de los cuatro primeros locales dedicados a este rubro en Tacna, pero como había poca demanda, al día solo se vendía aproximadamente 25 empanadas, por lo que también vendían anticuchos y almuerzo; recién algunos años después comenzó a incrementarse la demanda. Nosotros sus hijos estamos muy orgullosos de nuestros padres porque sabemos que empezaron desde abajo.

¿El cambio de nombre no afectó la demanda? Afortunadamente no; algunos pensaban que eran otros dueños pero al ver que el producto era el mismo las ventas se mantuvieron; no hemos tenido pérdidas sino al contrario, desde entonces comenzamos a tener más clientes, de 40% a 99%, ya que nuestras empanadas con 100% artesanales y siempre estamos innovando para así ofrecer variedad a los comensales.

¿Qué productos ofrecen al público? Seis variedades de empanadas: de queso, carne, pollo, triple y desde fines del año pasado, el de picante a la tacneña y ají de gallina. Además de bebidas calientes y frías. Somos uno de los pocos locales donde aun se vende la gaseosa Kolin Kola al ser una bebida bastante solicitada por el público.

¿Empanadas de picante a la tacneña y ají de gallina? Sí (risas) Es una idea que se me ocurrió a mi. Cuando estaba en Lima veía como en los restaurantes y demás establecimientos innovaban la gastronomía para explotarlo como variedad; es así que cuando retorné vine con esa idea de crear algo que represente a Tacna; motivado por mi hermana se me ocurrió preparar la empanada de picante a la tacneña y luego el de ají de gallina, con el pensamiento de que “Hay que arriesgar para innovar”.

¿Son los únicos que venden estos productos? Sí, somos los únicos. En ningún otro lado hacen este tipo de empanadas. La idea surge porque se quería poner el plato típico de Tacna dentro de la empanada; al principio pensé que se reventaría cuando esté en el horno, arriesgue y funcionó. En el caso del ají de gallina es receta de mi mamá.

¿Cómo ha respondido el público a la propuesta? Muy bien, los preparamos todos los fines de semana y son los más solicitados.

¿En que se diferencian de la competencia? En tres puntos básicos: producto 100% bueno, estamos siempre en proceso de innovación y la buena atención de nuestro personal. Además de la higiene y trabajo en equipo.

¿Qué proyectos tienen? Queremos entrar en nuevos mercados, ya que tenemos clientes de otras ciudades que piden nuestros productos.