La noticia que ha remecido al país al inicio de esta semana llegó desde el distrito de Independencia, donde una niña de 11 años terminó con muerte cerebral, luego de ingerir dos pastillas de clonazepam para cumplir un reto viral junto, en medio de un salón de clases.
El hecho ocurrió el lunes 29 de mayo y la menor se encuentra en el Área de Trauma Shock de Emergencia Pediátrica del Hospital Cayetano Heredia, donde viene recibiendo atención especializada.
El reto al que sucumbió la menor se realizó en el colegio Imperio del Tahuantinsuyo; sin embargo, muchos niños y adolescentes son vulnerables a estos ‘juegos’ extremos donde su vida corre peligro. ¿Quiénes están propensos a practicar este tipo de retos virales y por qué?
Para el psicólogo e investigador social, Jorge Yamamoto, en primer lugar, los retos que se promueven en las redes sociales pueden ser sanos o perversos para los niños y adolescentes, ya que se encuentran en esa etapa de sus vidas donde buscan competir.
“El ser humanos es una especie competitiva, los niños, pero especialmente los adolescentes, van a realizar juegos de diferente índole para compararse con los demás y superar a sus pares”, revela el especialista a la agencia Andina.
Yamamoto considera que los menores pueden sentirse atraídos por estos retos, si los padres de familia, al enterarse que los practican, los castigan con severidad; en vez de explicarles sobre los efectos que puede tener en sus vidas.
“Eso es prevención temprana. Un niño o una niña que tiene buena comunicación con sus padres, quienes le explican por qué no tiene sentido practicar un reto viral en vez de ocultar esas imágenes, no buscarán lo que les haga daño”, agrega.
“Con calidez, disciplina y estructura los padres tienen que explicar a sus hijos que el reto viral puede llevar a la muerte, porque no es el camino para desarrollar los sentimientos de competencia que tienen. Si son agresivos el niño se bloqueará y se aislará”, remarcó.