En Oregon, Estados Unidos, tuvieron que sacrificar a un oso negro de entre e 2 y 3 años, y pesaba casi 50 kilos. Vivía en un bosque del condado de Washington.
El animal era tranquilo y bastante amigable con la gente, pues le llevaban comida y se dejaba tomar selfies.
Esto no estaba bien visto en la Oficina del Sheriff del Condado y el Departamento de Pesca y Vida Silvestre de Oregon, de acuerdo al medio Statesman Journal, pues estimaron que ese comportamiento es irresponsable de parte de las personas que transcurrían por la zona.
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A pesar de las advertencias, las personas seguían alimentando al oso y por ello, el animal se acercaba cada vez que veía gente.
Otras personas advirtieron a la Oficina del Aguacil, que el animal estaba muy próxima a la zona urbana, específicamente cerca del lago Hagg e intervenía en la rampa para botes.
Así se determinó que el oso tenía que ser sacrificado. "Estaba demasiado habituado al contacto humano. Era un riesgo para la salud y la seguridad humana, y tuvimos que eliminarlo", dijo Kurt License, un biólogo de la vida silvestre.
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Una usuaria tuvo que preguntar por Twitter si mataron al oso, a lo que las autoridades respondieron: "Por desgracia sí. Esta fue una decisión difícil que los expertos en vida silvestre del Departamento de Pesca y Vida Silvestre de Oregon tuvieron que tomar para la seguridad de todos. La reubicación no era una opción en este caso. Los humanos no deben alimentar a los osos salvajes. Es una situación muy triste".
En adelante, la Oficina del Sheriff buscará educar al público para que no le den comida a ningún animal de la vida silvestre y que no tiren basura.