Silvia, retrocedamos el tiempo. ¿Qué tan importante en tu carrera fue ganar el Miss Perú Mundo en 2006?

El reinado yo me lo tomé muy en serio; porque si tomas la profesión de ser reina de belleza o modelo por el camino derecho, eso te ayuda mucho y te abre muchas puertas. Por ejemplo, gracias al reinado y el modelaje yo pude abrir mi línea de ropa hace 4 años y llegar a la televisión también. Se puede hacer una carrera de esto.

¿Tuviste ese sueño típico de niña de ser reina de belleza?

De niña siempre me gustó combinar mi ropa, ponerme tacones o convocar a todos en reuniones familiares y que me escuchen; ser el centro de atención porque me ponía a saltar, bailar o modelar.

¿Cómo van los asuntos sentimentales?

Bueno, tengo el asunto de mi divorcio que ya quisiera que salga, pero no sé porqué está tan lento. Solo falta que la otra parte se decida.

¿Me estás diciendo que tu esposo no quiere divorciarse?

No sé nada. En la última reunión que tuvimos en enero, cada uno con su respectivo abogado, él (el empresario Juan Carlos Iglesias) no quiso firmar el acuerdo y mi abogado tampoco puede hacer nada porque las leyes en el Perú así lo dicen. Así que tengo que estar esperando y mientras tanto no puedo tener ningún tipo de relación porque sigo casada. Ahora, el hecho de que no pueda divorciarme no quiere decir que tenga que estar encerrada en mi casa entre cuatro paredes, yo tengo el derecho de salir con quien yo quiera.

¿Fue difícil la separación? Porque una ruptura matrimonial no es como cualquier ruptura.

Lo que pasa es que esto siempre lo mantuve bajo cuatro llaves. No quería divulgar nada para no crear morbo en la gente. Yo me vi forzada a contar lo de mi separación porque él salió en una revista de espectáculos acompañado de chicas en cosas muy comprometedoras, entonces ahí tuve que confirmar que estaba separada. Sin embargo, todo el proceso mismo de la separación lo llevé con mis padres.

Pero supongo que fue duro vivir una especie de doble vida. Tú separada, pero sin aparentarlo.

Yo aprendí a manejar eso. Sucede que ya había pasado por algunas experiencias duras por las cuales tomé la decisión de divorciarme, entonces yo vivía sola en Lima y en el norte por sus negocios, tampoco es que tuviéramos mucho contacto.

Eres una mujer guapa y eso no te ha salvado de los golpes. Algunos piensan que las chicas bonitas no lloran.

Sería mentirte decir que no sufrí porque yo tenía una relación de ocho años y de hecho da mucha pena, pero ese sufrimiento lo pasé en casa con mi familia.

¿Hasta donde quieres llegar, Silvia?

Yo sé que el mundo de la televisión es súper corto, por eso armé mi propio negocio porque la belleza se acaba. Estar dentro de un noticiero no es siempre tener un cuerpo o una cara bonita.

¿Qué pasaría si te digo que en este instante tu actual esposo ha firmado los papeles del divorcio?

¡Te diría que haría una fiesta así como la que hice cuando me casé! ¡Si me divorcio hago fiesta con partes y todo, te lo juro!

Puedes leer la entrevista completa en la edición 88 de la