Uno de los electrodomésticos más usados en la cocina del hogar es el horno microondas. Gracias a su rápida velocidad de cocción nos permite ahorrar mucho tiempo a la hora de cocinar y, en unos pocos minutos, tendremos listo para servir en la mesa casi cualquier tipo de preparación.
Pero, más allá de calentar la comida, el horno microondas tiene muchos otros usos. Sin embargo, estas son totalmente desconocidas para la mayoría de personas que tienen uno y, una vez que te contemos estos trucos caseros, te sorprenderán tanto que ya no podrás vivir sin este electrodoméstico.
Usos alimenticios del microondas
- Uno de los usos poco conocidos es para ablandar las legumbres sin necesidad de tenerlas a remojo toda la noche. Solo hay que colocarlas en un recipiente apto con tres cantidades de agua por una de las legumbres y calentarlo a máxima potencia de 10 a 15 minutos. Después se deja reposar una hora en la misma agua antes de remojarlas en agua fría y preparar la receta.
- Otro de sus usos permite subir la levadura de forma rápida y sencilla. Hay que colocar un cuarto de litro de agua en un recipiente. Dentro de este bowl se coloca otro recipiente con la masa cubierta por un papel film. Luego se calienta todo a una baja potencia durante 3 minutos. Después se deja reposar en el interior durante otros tres minutos y se calienta el mismo tiempo, dejando luego reposar durante seis minutos. Así es como dobla su tamaño.
- También es útil para deshidratar las hierbas. Solo hay que ponerlas en un plato y taparlas con papel de cocina. Tras unos minutos en el microondas, estarán listas para ser utilizadas para cocinar o para conservarlas en un tarro.
- Asimismo, permite desapelmazar el azúcar. Colócalo en un recipiente, cúbrelo con papel de cocina y caliéntalo durante 20-30 segundos. El papel se encargará de absorber la humedad y el azúcar se encontrará suelto, como recién comprado.
Usos de limpieza del microondas
El horno microondas también sirve para despegar sellos, stickers o etiquetas sin esfuerzo y sin dañar el recipiente. Lo único que hay que hacer es humedecerlo con agua y calentar durante 20 segundos.
Asimismo, es una solución bastante útil para desinfectar esponjas, bayetas y estropajos. Empápalos en vinagre blanco o limón y caliéntalas a una potencia alta para acabar con todas las bacterias.
Finalmente, si quieres que tu rímel te dure más tiempo, coloca la máscara dentro de un vaso lleno de agua, caliéntalo entre 30 a 40 segundos y así recuperarás su textura líquida.