El Dr. Aji Djamali, de Washington, Estados Unidos, no pudo evitar preocuparse al hablar con un antiguo paciente, quien tiene un raro tipo de sangre y necesitaba con urgencia un donante de riñón.
“Estábamos casi al final de nuestra conversación cuando le dije: ‘Conozco a alguien con su tipo de sangre que podría estar interesado en ser su donante’”, le dijo Djamali a John Jartz, de 68 años, quien llevaba varios años de espera.
Según el medio People, ambos hombres eran amigos desde hace años. Jartz sabía que, si no encontraba un donante pronto, no sobreviviría mucho tiempo.
“¿Quién es?”, preguntó el paciente, bastante interesado en conocer la identidad del donante. “Ahí es cuando dijo: yo”, recordó el médico de 53 años.
La conversación fue tan conmovedora que ambos hombres se pusieron a llorar. “Incluso ahora, cuando hablo de eso”, dice Djamali, “me emociono”.
La cirugía
Siete meses después, Djamali, nefrólogo que preside el departamento de medicina en el Departamento del Centro Médico de Maine, fue llevado en silla de ruedas a una sala de operaciones y los cirujanos le extirparon el riñón.
De inmediato, otro equipo se puso a trabajar para trasplantar el órgano a Jartz, a quien le habían diagnosticado enfermedad renal poliquística (PKD, por sus siglas en inglés), un trastorno hereditario que hace que los riñones se agranden y dejen de funcionar, siete años antes.
Solo dos días después, Djamali fue dado de alta y volvió al trabajo. Para él, poder donar un órgano significó lograr un sueño que comenzó cuando estaba en la facultad de medicina.
“Siempre me asombró la gente que donaba órganos”, dijo el médico. “Me fascinó. Y pronto decidí que no solo quería hablar por hablar. Quería caminar por el camino”.
Sin embargo, convencer a su esposa no iba a ser sencillo. “Esperemos hasta que los niños crezcan”, le dijo en ese momento. “Entonces podemos hablar de eso”.
En octubre pasado, Djamali, cuyos tres hijos se graduaron de la universidad y se mudaron de su casa, sabía que finalmente era el momento adecuado. Además, había encontrado en Jartz a la persona ideal para ser donante, ya que el paciente no podía encontrar a alguien con su mismo tipo de sangre.
“Así que hablé con mi esposa”, recuerda, “y ella dijo: ‘Si quieres, puedes hacerlo y estaré aquí para apoyarte’”.
Al hablar sobre la experiencia de ser un donante de órgano, Djamali asegura que “es un sentimiento que es difícil de describir”. “Es como ver nacer a tu hijo. Es solo esta sensación de libertad, euforia y felicidad”.
Al hablar sobre el motivo detrás de su noble acto, el médico dijo que “la mitad de la razón fue para ayudar a John”, y que “la otra razón era alentar a las personas a ayudar a los demás, inspirarlos a considerar dar un paso al frente y ayudar a los más de 90,000 pacientes en todo el país que están en listas de espera para recibir un trasplante”.
Por qué debes considerar la donación de órganos
Según Mayo Clinic, ser donante de órganos puede hacer una gran diferencia, y no solo para una persona. Al donar los órganos y tejidos al morir, puedes salvar o mejorar hasta 75 vidas. Muchas familias dicen que saber que su ser querido ayudó a salvar o mejorar otras vidas los ayudó a sobrellevar la pérdida.
Es particularmente importante considerar ser donante de órganos si perteneces a una minoría étnica. Las minorías, como los afroamericanos, asiáticos e isleños del Pacífico, nativos americanos e hispanos, son más propensos que los caucásicos a tener ciertas afecciones crónicas que afectan los riñones, el corazón, los pulmones, el páncreas y el hígado.
Determinados grupos sanguíneos son más frecuentes en las poblaciones de minorías étnicas. Debido a que la compatibilidad del grupo sanguíneo suele ser necesaria para los trasplantes, la necesidad de órganos de donantes minoritarios es particularmente alta.