El Papa Benedicto XVI celebró la última audiencia general de su Pontificado ante más de 50 mil personas, en la plaza de San Pedro, ubicada en el Vaticano antes de dejar el cargo este jueves 28.

Durante las primeras horas del día, Roma recibió a cientos de fieles que peregrinaron desde diferentes partes del mundo, principalmente de Europa, para la ceremonia donde despedirán a Joseph Ratzinger, el único líder de la Iglesia Católica que renunció durante los últimos 600 años.

No habrá lugar ni tiempo para que los asistentes besen la mano del Sumo Pontífice, pero Benedicto XVI realizará un recorrido más extenso en su Papamóvil.

El alemán Joseph Ratzinger, su nombre civil, de 85 años, causó estupor al anunciar su renuncia, el pasado 11 de febrero, alegando falta de "fuerzas" para seguir al frente de una Iglesia de 1.200 millones de fieles, confrontada en los últimos años a una serie de escándalos.

El Vaticano repartió 50.000 entradas para participar en la audiencia general del miércoles, pero se espera la llegada de miles de fieles y curiosos a la Plaza de San Pedro, donde el Papa hablará desde una tarima, en su última aparición pública.

Durante su discurso el Papa señaló que en sus casi ocho años de pontificado ha tenido momentos de alegría y luces, pero también "momentos difíciles", pero que siempre se ha sentido guiado y protegido por Dios.

"El Señor nos ha dado muchos días de sol y ligera brisa, días en los que la pesca fue abundante, pero también momentos en los que las aguas estuvieron muy agitadas y el viento contrario", afirmó el papa durante su última audiencia como pontífice.

Añadió que su decisión de renunciar al papado no significa un regreso a la vida privada sino que sigue al servicio del recinto de San Pedro.

"Mi decisión de renunciar al ministerio petrino no revoca la decisión que tomé el 19 de abril de 2005 (cuando fue elegido papa). No regreso a la vida privada, a una vida de viajes, encuentros, conferencias, etc. No abandono la cruz, sigo de una nueva manera con el Señor Crucificado. Sigo a su servicio en el recinto de San Pedro"

"Amar a la Iglesia significa también tener la valentía de tomar decisiones difíciles, teniendo siempre presente el bien de la Iglesia y no el de uno" puntualizó.

Finalmente pidió que recen por él y por los cardenales, "llamados -dijo- a la delicada tarea de elegir a un nuevo Sucesor en la Cátedra del apóstol Pedro".

El pontífice, en su última audiencia pública, también agradeció, siempre hablando en español, el "respeto y la comprensión" con la que ha sido acogida su decisión de renunciar al papado y reiteró que la ha tomado "con plena libertad".