Camión bomba en Kabul deja quince muertos y más de 200 de heridos
Camión bomba en Kabul deja quince muertos y más de 200 de heridos

Al menos 15 personas murieron y 240 resultaron heridas en un potente  en la madrugada del viernes en un barrio residencial de Kabul, el primer ataque de envergadura en la capital afgana desde la designación del sucesor del mulá Omar a la cabeza de los talibanes.

La explosión, que se produjo hacia la 01H00 (20H30 GMT del jueves), afectó numerosas viviendas, destruyó un mercado de frutas y creó un enorme cráter de unos diez metros de profundidad en el barrio residencial de Shá Shaheed, en el este de la capital afgana, indicaron periodistas de la AFP.

"El número muertos pasó a 15 y hay más de 240 heridos, entre ellos 47 mujeres y 33 muertos", dijo a la AFP Sayed Zafar Hashemi,portavoz del presidente afgano, Ashraf Ghani, frente a un balance anterior de ocho muertos y un centenar de heridos.

El atentado no fue reivindicado, pero llega en una oleada de atentados de envergadura cometido por los talibanes.

El propio presidente Ghani visitó a varios heridos en un hospital gestionado por la ONG italiana Emergency, en Kabul, según un comunicado de la presidencia.

"Todo mi cuerpo estaba ensangrentado. La explosión fue muy fuerte, se produjo justo enfrente de nuestra casa", contó a la AFP uno de los supervivientes, Habibulá, desde la cama del hospital.

"Al perpetrar un atentado suicida en un barrio residencial, los enemigos del pueblo afgano no cosechan más que vergüenza", consideró el presidente afgano. La policía cree que el blanco del atentado era un edificio militar ubicado cerca del lugar del ataque.

El portavoz de los talibanes, Zabihulá Moyahid, dijo no estar "al corriente" del ataque.

Los insurgentes no suelen reivindicar los atentados con víctimas civiles, aunque éstos son las principales víctimas del conflicto en Afganistán, que empezó en 2001 con la caída del régimen de los talibanes. En los seis primeros meses de 2015, 1.592 civiles han muerto y otros 3.329 resultaron heridos en actos violentos, según la misión de la ONU en Afganistán (UNAMA).

Desde el retiro de Afganistán de la OTAN en diciembre pasado, la policía y el ejército están solos frente a la insurrección, presente en casi todo el país.

- División entre los talibanes -

Antes del atentado en Kabul, los rebeldes talibanes mataron el jueves a nueve personas en varios atentados cometidos en la provincia de Logar, al sur de Kabul, y en Kandahar, bastión de la insurrección,

Se trata de la primera oleada de ataques importantes desde la designación del mulá Ajtar Mansur al frente de los talibanes la semana pasada, en sustitución del jefe histórico de los insurgentes, el fallecido mulá Omar.

Los atentados del jueves demuestran que los talibanes conservan su fuerza a pesar de los conflictos internos provocados por la sucesión, la primera en la historia del movimiento.

Una parte de los talibanes, incluyendo la familia del mulá Omar, se niega a reconocer al nuevo jefe, al que acusan de proximidad con Pakistán y denuncian una sucesión demasiado rápida.

Prueba de la discordia, esta semana dimitieron tres miembros de la oficina política de los talibanes: Tayeb Agha - el jefe de la oficina de los talibanes en Catar, que tiene el objetivo de facilitar las negociaciones de paz - Aziz Rehman y Mawlawi Nek Mohammad.

Después de una primera ronda de negociaciones a principios de julio en Pakistán, el segundo encuentro previsto fue aplazado tras conocerse la muerte del mulá Omar.

En el terreno, las fuerzas afganas de seguridad todavía tienen el apoyo de 13.000 soldados de la OTAN, pero son tropas destinadas a formar a sus colegas afganos.

Además, el ejército afgano tiene material a veces defectuoso, como demostró el accidente del jueves de un helicóptero militar en el sur del país que causó la muerte de sus 17 ocupantes.