Castropignano, pueblo italiano. (Foto: Shutterstock)
Castropignano, pueblo italiano. (Foto: Shutterstock)

Una localidad ubicada a 225 kilómetros del sureste de la capital de Romallamada Castropignano, ha puesto a la venta sus edificaciones abandonadas al sorprendente precio de 1 euro, con el objetivo de revitalizar el pequeño pueblo.

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Nicola Scapillati, el alcalde de este pueblo ubicado al sur de Molise, una de las veinte regiones que conforman la República Italiana, está siguiendo los pasos de Salemi en Sicilia y Santo Stefano di Sessanio, dos localidades que también subastaron casa antiguas al mismo precio y pagaron a los nuevos residentes por vivir allí.

Sin embargo, la diferencia que tienen con estos pueblos es que muy por el contrario de ofrecer estos sitios abandonados al mejor postor, el alcalde de Castropignano quiere encontrar una localidad ideal para aquellos que estén interesados.

El esquema aquí funciona de manera un poco diferente. Estoy avanzando por dos caminos paralelos, llegando tanto a los compradores potenciales como a los antiguos propietarios al mismo tiempo, paso a paso, para hacer que la demanda satisfaga la oferta”, es lo que dice a la sobre esta iniciativa.

Y añade: “No quiero que mi ciudad sea invadida por una estampida inmobiliaria o que se convierta en el último acuerdo de especulación inmobiliaria”.

Un pueblo pequeño

Actualmente hay apenas 900 residentes, a partir de la década de 1960, los jóvenes comenzaron a trasladarse a ciudades más grandes para estudiar y encontrar trabajo. Hoy, el 60% de los residentes tiene más de 70 años.

Este proyecto se lanzó durante el mes de octubre del 2020. Se decidió que por razones de seguridad los propietarios de dichos domicilios abandonados debían reconstruirlas o el pueblo se haría cargo de ellas.

Hasta ahora, muchos propietarios ya han acordado entregar sus propiedades, para evitar los gastos que tendrían que hacer por demoler las casas. Scapillati confía en que al menos 50 se unirán. Si no lo hacen, el Ayuntamiento expropiará las casas de los que no respondan y las pondrá en el mercado.

Mientras tanto, decenas de personas interesadas de Europa ya se han puesto en contacto con él para pedirle que compre las casas. Y espera que, con su ayuda, el pueblo no solo recupere su alegría de vivir, sino que también sea más seguro.

Me duele ver la belleza de nuestro antiguo centro histórico marcado por casas derrumbadas, en descomposición lenta”, dice el alcalde. “Es triste y peligroso. Sin una renovación, estos edificios son una amenaza. Podrían colapsar en cualquier momento; también es una cuestión de hacer que el pueblo sea seguro”, comenta a la CNN.

La solicitud

Doy la bienvenida a cualquiera que quiera comprar una casa nueva aquí para que me envíe un correo electrónico directamente a nicola.scapillati@me.com con un plan detallado de cómo pretenden remodelar y qué les gustaría hacer con la propiedad conviértalo en un hogar, un B&B, una tienda o una tienda artesanal”, es lo que ofrece el alcalde.

Además, afirma que se debe enumerar los requisitos que los posibles compradores deseen y asegura que tengan en cuenta que las calles del pueblo con bastante pequeñas por donde no pasan autos.

Cuanto más específica sea la solicitud, más fácil será encontrar la vivienda adecuada y ponerse en contacto con el propietario actual”, asevera. “Esta es una operación específica y personalizada”, agrega. “La gente necesita saber exactamente para qué se está inscribiendo”.

Otro de los requisitos es que los compradores deben renovar la propiedad en un máximo de tres años, entregar una garantía de 2.000 euros que luego se devolverán cuando terminen las obras.

La embajadas italianas en el extranjero ya han sido avisadas del proyecto y se espera que muchos postulen al mismo.

El alcalde dice que la mayoría de los edificios en venta están en buenas condiciones, aunque tienen puertas destornilladas, pintura descascarada y están cubiertos de vegetación.

Él estima que una renovación completa se cotiza desde los 30 mil hasta los 40 mil euros. Los contribuyentes italianos obtienen créditos fiscales por trabajos ecológicos y antisísmicos.

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