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Centenares de menores recluidos en centros de detención para inmigrantes australianos se han autolesionado o lo han intentado, y otros tantos han sufrido abusos, incluido asalto sexual, informaron fuentes oficiales.

La Comisión Australiana de Derechos Humanos elaboró el informe "Los niños olvidados", divulgado anoche por el gobierno, que recoge que entre enero de 2013 y marzo de 2014 unos 128 menores intentaron lesionarse y otros 171 amenazaron con hacerlo.

El documento también recogió en el mismo periodo 233 casos de abusos, entre ellos 33 casos de asalto sexual y 27 incidentes en que los menores acataron una huelga de hambre o se negaron a tomar alimentos.

El estudio reveló que más de un tercio de los niños sufren serios problemas mentales y pidió la creación de una comisión gubernamental que analice el impacto a largo plazo de esta reclusión en la salud mental y física de los menores.

La Comisión, que pidió la liberación de los menores en un mes, también indicó que la "prolongada detención obligatoria de los niños solicitantes de asilo" contravenía las obligaciones internacionales de Australia y el uso de la fuerza para transferirlos constituye una violación de sus derechos humanos.

La presidenta de la Comisión, Gillian Triggs, expresó su "profunda preocupación" por los cambios que ha realizado el Gobierno australiano en la ley de Inmigración para redefinir el concepto de "refugiado" para que se ajuste a su política en lugar del derecho internacional.

"Es imperativo que el Gobierno australiano nunca utilice la vida de los niños para lograr una ventaja estratégica o política", dijo Triggs.

"El objetivo de detener a los traficantes de inmigrantes y las muertes en alta mar no justifica los crueles e ilegales instrumentos que se han adoptado", añadió.

El ministro de Inmigración, Peter Dutton, respondió que se asegurará "cuando sea posible integrar a las familias en las comunidades", pero advirtió que es difícil cumplir con el plazo de un mes para hacerlo ya que "en algunas familias, por ejemplo, el padre está siendo evaluado por las agencias de seguridad de forma adversa".

"Los hallazgos del informe confirman algo que se sabe globalmente: la detención es un lugar peligroso para los niños y puede causar un daño a largo plazo. No se puede mantener seguros a los niños en detención", dijo hoy la consultora técnica en Australia de Unicef, Amy Lamoin, en un comunicado de varias organizaciones.

Actualmente hay 257 niños en los centros de detención, entre ellos 119 que están recluidos en la isla de Nauru, mientras que un centenar más que estaban en la isla Christmas han sido transferidos al territorio continental en las últimas semanas con un visado provisional.

Australia ha recibido críticas por su política de inmigración que incluye la reclusión de solicitantes de asilo que llegan por la vía marítima en terceros países y su reubicación fuera de sus fronteras en el caso de que se les reconozca el estatuto de refugiados.

Muchos de los inmigrantes que viajan hasta Australia han huido de conflictos como los de Afganistán, Darfur, Pakistán, Somalia y Siria, y otros que han escapado de la discriminación o de la condición de apátridas como las minorías rohingya, de Birmania, o bidun, de la región del Golfo.