Corea del Norte juzgará a dos estadounidenses por sus ideas religiosas
Corea del Norte juzgará a dos estadounidenses por sus ideas religiosas

Corea del Norte anunció hoy que juzgará a dos de los tres estadounidenses detenidos en el país comunista, a los que acusa de cometer delitos contra el Estado, informó la agencia de noticias norcoreana KCNA.

Los ciudadanos Jeffrey Fowle y Matthew Miller, arrestados por Pyongyang en los pasados meses en sendos viajes turísticos, perpetraron "actos hostiles que han sido confirmados mediante sus propios testimonios", según la agencia norcoreana.

Las autoridades de Pyongyang "llevan a cabo una investigación" sobre los sospechosos y "realizan los preparativos para que comparezcan ante el tribunal de acuerdo a los cargos ya confirmados", según un comunicado.

Fowle, de 56 años, fue detenido en mayo acusado de dejar una biblia en la habitación de su hotel, mientras Miller, de 24, fue arrestado en abril por protagonizar un supuesto incidente al pasar por inmigración, según los medios estatales del régimen comunista.

Además de los dos turistas mencionados, Corea del Norte retiene al estadounidense de origen coreano Kenneth Bae, un misionero detenido en noviembre de 2012 y después condenado a 15 años de trabajos forzados por supuestamente realizar actividades religiosas en el país.

En los últimos cinco años, Corea del Norte ha retenido por diversos motivos a ocho ciudadanos de EEUU, y cientos de visitantes del país norteamericano que siguen viajando al hermético estado comunista, a pesar de que el Gobierno de Barack Obama ha recomendado no hacerlo por motivos de seguridad.

Corea del Norte recibe cada vez más visitantes de diversas partes del mundo, y recientemente anunció un plan para crear una "zona de turismo internacional" en su costa sureste.

Pyongyang, sin embargo, controla al milímetro todas las actividades de los visitantes extranjeros mediante estrictas restricciones como realizar fotografías solo en los lugares permitidos, no separarse de los guías bajo ningún concepto o abstenerse de introducir información del exterior.

Este Estado, caracterizado por el absoluto control de sus ciudadanos a través de la propaganda y el extremo culto a la personalidad de los líderes, considera como una amenaza la introducción de otros valores y creencias y reprime duramente cualquier actividad de divulgación religiosa.

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