“No quería dejar a mis hijos”: El testimonio de un paciente que salió del coma inducido por COVID-19

La COVID-19 golpea muy duro y se ha llevado a su paso a miles de padres, abuelos, madres, miles de seres queridos en el mundo, sin embargo, algunos han podido dar batalla y salir vivos de esa enfermedad. Son casos excepcionales y que dan esperanza en medio de esta pandemia.

• Regístrate gratis AQUÍ en Correo Hoy, el newsletter de Diario Correo

En Argentina, la sala de terapia intensiva del hospital de alta complejidad El Cruce Néstor Kirchner está desbordada desde el 2020. La mayoría de pacientes que ingresan con problemas respiratorios pasan hasta varios meses en la Unidad de Terapia Intensiva (UTI).

Este es el caso de Raul Almirón, de 45 años. Aún no cree estar vivo tras haber pasado 170 días en la UTI, buena parte de ellos en coma inducido.

“No quería dejar a mis hijos”

A fines de julio, este jardinero estaba trabajando en el cantero de un salón de eventos cuando empezó a sentirse mal.

En ese momento no se le pasó por la cabeza que pudiera haberse contagiado de coronavirus. “Hasta que me sentí mucho peor”.

El 1 de agosto del 2020, llevan a Raul Almirón a El Cruce. “Ese día entré en coma”. Tenía algunas de las complicaciones asociadas a la gravedad de covid-19: era hipertenso y obeso. Pesaba 115 kg cuando ingresó al hospital. Salió con 51 kg menos.

“Vi a muchos morir, vi a hijos despidiéndose de sus padres a través de un cristal; yo no quería que mis hijos pasaran por eso”.

Minutos después de que los médicos le avisaran que lo iban a dormir, Almirón cerró los ojos y le pidió a Dios “una oportunidad más”.

Pocos meses antes de contagiarse de coronavirus, se había separado de su mujer y había quedado a cargo de siete hijos, de entre 5 y 23 años.

“Yo pensaba todo el tiempo en mis hijos, de qué iban a vivir”.

Cuando despertó, a fines de septiembre, “tenía cables por todos lados. No podía creer cómo estaba”. Almirón sufrió muchas alucinaciones y casi todas las complicaciones que causa el coronavirus. Varias veces sus médicos pensaron que moriría.

Después vino la “depresión, el pánico”.

“Me costó mucho dejar el respirador; un día un enfermero me dijo: mira que hay siete chicos que te están esperando”. Aprendió de nuevo a caminar pero aún le queda un largo camino de recuperación. Tiene un hombro inmovilizado y muy poca fuerza. “Mis hijos me tienen que bañar, que cambiar”, cuenta desde su precaria vivienda.

Argentina registra 3 millones de infecciones y 64.000 muertes, en una población de 45 millones de personas.

Fuente: AFP

VIDEO RECOMENDADO

Coronavirus: Lo que se sabe de la VARIANTE BRASILEÑA del COVID-19