La surrealista actualidad por la que atravesamos parece estar cargada de crueles coincidencias. Mientras que este fin de semana se realizó la Semana Global de la India, un evento digital que llevaba como lema “donde la India conoce al mundo y el mundo a la India”; casi en paralelo el país asiático se convertía en el tercero a nivel global con las cifras más altas de contagiados por el nuevo coronavirus.
Hace exactamente una semana superó a Rusia en el ránking global y desde entonces la cifra de infectados ha seguido creciendo hasta los 850,357 con los que cuenta al cierre de este artículo, poco más del 6% del total global. La enfermedad, además, ha causado 22.687 muertes.
Sin embargo, las autoridades indias han encontrado consuelo en la baja tasa de mortalidad que esto implica, tomando en cuenta que el país –el segundo más poblado del mundo– tiene 1.3 mil millones de habitantes.
El Gobierno, encabezado por Narendra Modi, ha destacado que poseen una tasa de mortalidad de 14.27 fallecimientos por millón de habitantes, dramáticamente inferior a la media global de 68.29 por millón.
Según el Instituto de Ciencias Matemáticas de Chennai, el número de contagios se aceleró durante la primera semana de julio, coincidiendo con la segunda fase del levantamiento de la cuarentena impuesta desde finales de marzo en el país. Esto parecía inevitable, tomando en cuenta la densidad poblacional y los pocos establecimientos sanitarios en las regiones más pobres.
Causas y reacción
“La densidad poblacional, el cumplimiento de los protocolos y las prácticas correctas, así como otros factores, plantean problemas, pero el Gobierno está haciendo todo lo posible por salvar vidas. Es necesario comprender la verdadera realidad antes de llegar a una conclusión”, explica el embajador indio en el Perú, Subbarayudu Mandarapu, a Correo. “El número de recuperados es casi el doble del de casos activos. La tasa de recuperación es superior al 62%”, agrega.
En cuanto a la cuarentena, la tarea de confinar a la segunda población nacional más grande del mundo es un reto titánico. Al respecto, Mandarapu señala que empezaron con “restricciones de viaje a finales de enero, exámenes en los aeropuertos a principios de febrero y la prohibición de viajar a mediados de marzo, pasamos a un bloqueo nacional a finales de marzo. El alto valor atribuido a la vida humana dio forma a nuestro enfoque. La respuesta desarrolló zonas rojas, naranjas y verdes y zonas de contención para manejar la propagación”.
Sobre el sistema sanitario, el diplomático destaca la rapidez con la que fueron adoptadas diversas medidas. “Hay 3,914 instalaciones con 377,737 camas de aislamiento sin apoyo de la UCI, 39,820 camas en la UCI y 142,415 camas con apoyo de oxígeno junto con 20,047 ventiladores. La última adición incluye la inauguración de un hospital de 1,000 camas con 250 camas de UCI la semana pasada”, detalla.
Además, Mandarapu apunta a que la estrategia poscuarentena está basada en “la delimitación proactiva de las zonas de contención y de amortiguación, las pruebas agresivas, la detección temprana y oportuna y el cumplimiento de los protocolos clínicos”, lo que ve posible gracias al uso de herramientas como Aarogya Setu, una aplicación movil que combina la ubicación del usuario y los datos obtenidos por Bluetooth para detectar potenciales contagios en caso de que salga positivo a una prueba de coronavirus.
Otro punto a destacar por el embajador es la colaboración mostrada por su país hacia otras naciones. “La India ha estado llegando a 150 países, incluido Perú, con medicamentos esenciales, especialmente hidroxicloroquina y paracetamol, y equipo médico para combatir la pandemia de COVID. Los suministros médicos de la India han empezado a llegar al Perú. Los equipos médicos de la India también llegaron a los países del Océano Índico y la región del Golfo para complementar su capacidad nacional”.
Posible vacuna
La India, además, mantiene la esperanza puesta en el covaxin, una potencial vacuna que según el Consejo Indio de Investigación Médica (ICMR) podría estar lista para ser lanzada “a más tardar el 15 de agosto”, periodo en el que habrá cumplido un mes y medio de haber sido probada en humanos. Las autoridades consideran como “prioritario” el proyecto y aseguran que “está siendo monitoreado en los niveles más altos del Gobierno”.
“La India sigue comprometida con el esfuerzo internacional más amplio de encontrar una vacuna y mejorar los protocolos de tratamiento. La India ha adquirido suficiente capacidad en materia de productos farmacéuticos, componentes médicos y tecnologías de atención de la salud de importancia crítica”, señaló el embajador Mandarapu. “Nuestro sector sanitario y farmacéutico está dispuesto a asociarse con el Perú”.
Sin embargo, varios especialistas, entre ellos, el experto en virología molecular del Instituto Indio de Educación Científica e Investigación de Calcuta, Partho Sarothi, han pedido cautela y advertido que los ensayos podrían tomar “un mínimo de seis a nueve meses”.
“Los objetivos básicos del ensayo de una vacuna, eficacia, seguridad y tolerabilidad, no pueden determinarse durante un período de cinco semanas. No sólo es insuficiente, no es seguro”, precisó Sarothi.
Contracción
Según el FMI, India será la gran economía más golpeada por la pandemia y caerá en 4.5%. El país no registraba una contracción desde 1979.