La tensión aumentó hoy en Nicaragua tras la muerte de dos estudiantes en un ataque armado contra una iglesia de Managua, donde estos jóvenes se habían refugiado junto a periodistas y sacerdotes para escapar de la represión de las fuerzas leales al Gobierno de Daniel Ortega.
"Desgraciadamente dos jóvenes, hoy por la mañana, perdieron la vida; otros dos fueron heridos", dijo el cardenal nicaragüense Leopoldo Brenes, al hacer un resumen del ataque perpetrado por un grupo de policías y paramilitares contra universitarios que estaban refugiados en la casa parroquial de la iglesia de la Divina Misericordia de Managua.
"Para nosotros (como Iglesia Católica) es lamentable y hemos dicho en muchas ocasiones: ni un muerto más", agregó Brenes, también arzobispo de Managua, en referencia a la crisis sociopolítica que atraviesa Nicaragua, la más sangrienta desde la década de 1980, y que se ha cobrado al menos 351 vidas desde el pasado 18 de abril.
Los jóvenes -quienes se encontraban encerrados desde anoche en la iglesia, junto a una decena de compañeros, tres periodistas, médicos y sacerdotes- murieron tras recibir certeros disparos, según los religiosos.
Los otros estudiantes lograron salir en vehículos, camionetas y un autobús hasta la Catedral Metropolitana, escoltados por obispos y la Cruz Roja nicaragüense, por la mediación del Episcopado.