El alcalde de Tulsa había decretado un toque de queda que sólo afectaba la zona en la que el mandatario dará su discurso. (EFE/EPA/MICHAEL REYNOLDS / POOL).
El alcalde de Tulsa había decretado un toque de queda que sólo afectaba la zona en la que el mandatario dará su discurso. (EFE/EPA/MICHAEL REYNOLDS / POOL).

Tulsa [AFP].- anunció este viernes que el alcalde republicano de Tulsa había anulado el toque de queda decretado desde el jueves en esa ciudad de Oklahoma, ante el temor a que estallaran disturbios durante el primer mitin de campaña del presidente el sábado.

“Acabo de hablar con el muy respetado alcalde de Tulsa, G.T. Bynum, que me ha informado de que no habría toque de queda esta noche ni mañana para nuestros seguidores que participen en el mitin”, tuiteó el presidente, que busca la reelección en los comicios del 3 de noviembre. “Diviértanse. ¡Gracias al alcalde Bynum!”, añadió.


El alcalde de Tulsa había decretado un toque de queda que sólo afectaba la zona en la que el mandatario dará su discurso. Este comenzó el jueves por la noche e iba a durar hasta el domingo por la mañana.

Todas las calles que rodean el perímetro estaban cerradas a la circulación con bloques de cemento este viernes.

La decisión municipal obligaba a los seguidores de Trump, que llevaban días haciendo cola para estar en las primeras filas del mitin, a recoger sus tiendas de campaña y toldos y a desplazarse hasta la zona autorizada.

Para justificar el toque de queda, el alcalde de Tulsa, G.T. Bynum, dijo haber recibido información sobre la posible llegada a la ciudad de “individuos de grupos organizados que han estado implicados en episodios violentos y destructivos en otros estados”.

Se espera que más de 100.000 personas viajen entre este viernes y el sábado a Tulsa.

Trump había elegido este 19 de junio, fecha simbólica en la que se conmemora el final de la esclavitud en Estados Unidos en 1865, para celebrar su mitin, pero lo aplazó al sábado ante las críticas recibidas.

Tulsa está marcada por el recuerdo de una de las peores matanzas raciales de la historia del país, en la que 300 afroestadounidenses fueron masacrados por una turba blanca en 1921.

Este año el recuerdo del final de la esclavitud llega en un contexto de fuertes tensiones raciales tras la muerte de varios ciudadanos negros durante intervenciones policiales.