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Las autoridades de Filipinas suspendieron hoy las clases y cerraron las oficinas públicas en gran parte del país ante la proximidad en el Pacífico del supertifón Hagupit, que se prevé toque tierra el sábado.

El Centro Conjunto de Alerta de Tifones, con base en Hawai (Estados Unidos), informó de que el huracán entró en el área de responsabilidad de Filipinas esta mañana y se ha fortalecido hasta convertirse en un supertifón con vientos sostenidos de 240 kilómetros por hora y ráfagas de 296 kilómetros por hora.

Las Fuerzas Armadas y el servicio de guardacostas filipinos han sido puestos en alerta, al igual que las agencias gubernamentales implicadas en la repuesta a las catástrofes naturales y equipos de urgencia de la Cruz Roja.

El presidente de Filipinas, Benigno Aquino, advirtió hoy a los funcionarios implicados en las preparaciones de que no aceptará justificaciones.

"No voy a tener mucha paciencia con las excusas. El fracaso con las prioridades (en la prevención) es imperdonable", dijo el mandatario.

Hagupit tiene un diámetro de 700 kilómetros y afectará a 4,5 millones de personas cuando entre en el archipiélago filipino, según cálculos de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCAH).

"La población es consciente de que se tiene que preparar la gente está comprando alimentos y almacenando carburante", declaró a la prensa el gobernador de Leyte del Sur, Roger Mercado, según la cadena de televisión GMA.

Los peligros a tener en cuenta son las inundaciones y riadas causadas por las copiosas precipitaciones que acompañan al supertifón, deslizamientos y avalanchas de tierra y árboles, postes, tejados y cualquier otro material arrastrado por los vientos huracanados.

La amenaza afecta principalmente a la región oriental y central del archipiélago filipino, así como a la franja norte de la sureña isla de Mindanao y a la franja sur de la norteña isla de Luzón.

Un experto de la Agencia Meteorológica de Filipinas (PAGASA) señaló que en estos momentos existe un 75 % de probabilidades de que toque tierra Ruby, el nombre que le han dado los filipinos al supertifón; y un 25 %, de que cambie de rumbo, según el diario local Iquirer.

Entre 15 y 20 tifones visitan todos los años Filipinas durante la temporada lluviosa, que empieza por lo general en junio y concluye en noviembre.

El año pasado, Haiyan, uno de los más potentes de la historia, causó 6.300 muertos, más de 1.000 desaparecidos y 14 millones de damnificados.