​Filipinas encarcela a cientos de indigentes por la cumbre de APEC
​Filipinas encarcela a cientos de indigentes por la cumbre de APEC

El Gobierno filipino ha detenido a cientos de indigentes, incluidos más de 140 niños, que viven en las calles de Manila para ocultar la pobreza durante la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) que comenzará el próximo miércoles, denuncian varias ONG.

Human Rights Watch (HRW) aseguró hoy que desde el pasado día 9 las autoridades filipinas han identificado y arrestado a cientos de indigentes y personas que residen en asentamientos informales de la capital del país.

Tras su detención, los afectados son trasladados a centros gubernamentales, donde permanecen a pesar de que no se ha presentado ningún cargo contra ellos.

"Las autoridades filipinas han violado los derechos de cientos de residentes de Manila para dar una apariencia cínica de una ciudad 'limpia' para los delegados de APEC", afirmó, en un comunicado, el subdirector de HRW, Phelim Kine.

"El desplazamiento y detención de indigentes y residentes pobres sin el correspondiente proceso es una violación de sus derechos humanos básicos", se indica en la nota.

La capital de Filipinas recibirá en los próximos días a cerca de una veintena de jefes de Estado y unos 10.000 delegados de las 21 economías que forman el foro APEC, para lo que el Gobierno del país está implementando estrictas medidas de control que paralizarán Manila.

Entre ellas se encuentran la cancelación de cerca de 1.500 vuelos, el cierre al tráfico de buena parte de las principales avenidas de la ciudad y la declaración de 2 días festivos para el sector privado en la región capitalina, y 4 días para las oficinas gubernamentales.

Las autoridades de Filipinas han admitido que los indigentes están siendo trasladados a centros gubernamentales, pero afirman que su objetivo no es el de dar una buena imagen de la ciudad ante la cumbre, sino ayudar a los más desfavorecidos.

Sin embargo, varios de los afectados indican lo contrario.

Cora, propietaria de un puesto de venta ambulante del distrito de Ermita, en el centro de Manila, fue detenida el pasado día 11 y confirmó a HRW que las intenciones de las fuerzas de seguridad eran claras.

"No importó cuántas veces les pedí que no me detuvieran, dio igual. Me dijeron que sólo me soltarían después del APEC", afirmó, en alusión a la cumbre que concluye el próximo jueves.

Otros afectados apuntan a la contundencia con la que actúan las fuerzas del orden, que obligan a los indigentes a trasladarse y en ningún momento ofrecen la opción de permanecer en las calles.

"No tuvieron piedad. Se llevaron todas nuestras cosas y ni siquiera nos dejaron recoger cosas que pudiéramos necesitar", dice Dario, que sobrevive en las calles del centro de Manila reciclando basura y que se encuentra detenido en el centro Jose Facella desde el pasado día 11.

Estas acciones han sido calificadas por el Gobierno de Filipinas como "operaciones de rescate" con la que tratan de ayudar y apoyar a los más desfavorecidos.

"Sí, hemos iniciado operaciones de rescate. Pero esto no es sólo por APEC, lo hemos estado haciendo durante mucho tiempo, lo que pasa es que sólo ahora es cuando la prensa empieza a notarlo", dijo a los medios Bambi Purisima, representante de la Oficina de Información Pública de Manila.

En una semana, indicó Purisima, 141 niños han sido trasladados al Centro de Recepción y Acción de Manila, instalaciones gubernamentales cuyas actividades fueron suspendidas temporalmente el año pasado tras conocerse las pésimas condiciones en las que viven los menores internados.

Pero a las organizaciones de la sociedad civil de Filipinas no les convencen las explicaciones del Gobierno.

"No es verdad que hagan este tipo de operaciones de forma regular. Hace tiempo que no vemos este tipo de rescates", dijo Catherine Scerri, la subdirectora de Bahay Tuluyan, organización no gubernamental que defiende los derechos de menores.

El Gobierno de Filipinas ya fue acusado de desplazar a los indigentes el pasado mes de enero para la visita del papa Francisco a Manila, además de vallar los barrios más desfavorecidos para que no fueran visibles desde las principales avenidas de la capital.