François Hollande condena "vil atentado terrorista" del Estado Islámico en iglesia de Francia
François Hollande condena "vil atentado terrorista" del Estado Islámico en iglesia de Francia

El presidente francés François Hollande condenó un "vil atentado terrorista" cometido por "dos terroristas que dijeron ser de Dáesh", el acrónimo en árabe del Estado Islámico, al llegar a la iglesia de Saint-Etienne-du-Rouvray (norte), donde un 

"Estamos frente a un grupo, Dáesh, que nos declaró la guerra. Debemos desarrollar esta guerra, por todos los medios, respetando el derecho, porque estamos en una democracia", agregó el presidente a pocos metros de la iglesia de Saint-Etienne-du-Rouvray, una localidad de Normandía, a 125 km al norte de París.

Los dos terroristas degollaron "en un asesinato cobarde" al sacerdote de la parroquia e hirieron a dos personas, una de las cuales se halla muy grave, señaló en una declaración a la prensa tras llegar al lugar de los hechos, en la periferia de su ciudad natal de Ruán.

De acuerdo con testigos citados por medios franceses, los dos asaltantes gritaron "Alahu akbar" ("Dios es el más grande") durante su ataque antes de ser abatidos por disparos de la policía.

François Hollande se reunió con la familia del sacerdote y con los rehenes que fueron retenidos durante cerca de una hora en la iglesia, quienes le manifestaron su "dolor, pero también su voluntad de entender".

El presidente agradeció la rapidez de las fuerzas de seguridad, que "intervinieron en un plazo extremadamente corto", lo que, a su juicio, evitó más muertes.

"Lo que quieren hacer estos terroristas es dividirnos", dijo, antes de recordar que, junto a Francia, países como Alemania u otros también están amenazados.

François Hollande recibirá esta tarde en el Palacio del Elíseo al arzobispo de Ruán, Dominique Lebrun -quien antes abandonará la Jornada Mundial de la Juventud de Cracovia para volver a su diócesis- y mañana reunirá a la Conferencia de Representantes de Cultos en Francia.

El cura asesinado, identificado como Jacques Hamel, tenía 84 años y trabajaba desde hacía diez en esa iglesia de Saint Etienne du Rouvray, donde era muy apreciado por los vecinos, según el vicario general de la archidiócesis de Ruán, Philippe Maheut.