En Holanda, la donación anónima de semen para la inseminación artificial es posible desde 1970. Un médico ginecólogo se especializó en este tema y logró que miles de mujeres pudieran fecundar, sin saber quién era el donante.
Sin embargo, el misterio acabó hace unos días cuando un tribunal holandés confirmó que el galeno usó su propio esperma para fertilizar a decenas de mujeres en su clínica de Barendrecht, sin que ella superan la procedencia del semen. Las pruebas de ADN confirmaron que el médico JanKarbaat - fallecido en 2017 - es padre de 49 personas bajo esta modalidad y que ahora reclaman justicia.
El abogado de los afectados, Tim Bueters, indicó a la prensa que los hijos de Jan Karbaat se encuentran satisfechos "de poder poner fin a años de incertidumbre", luego de que el cuestionado médico se negara durante mucho tiempo a facilitar las pruebas.
El juez advirtió de que "si ha utilizado su propio esperma como médico, sin comunicarlo en su momento, su viuda no pueden reclamar ahora que se respete el anonimato del doctor", esto en referencia a un eventual juicio por la herencia.
Estos 49 casos se suman a los otros 22 hijos biológicos de Karbaat con sus tres esposas, lo que le convierte en padre de al menos 71 holandeses.