A pesar de ser una de las fuerzas laborales en Estados Unidos y vivir por más de una década en el país, el gobierno de Donald Trump pretende frenar toda migración, y una forma de empezar es deportando a miles de personas que se encontraban bajo programas de protección.
Casi 200.000 personas procedentes de El Salvador tendrán que regresar a su país debido a la anulación de un programa humanitario que les permitía residir en Estados Unidos durante diez años de manera legal.
El programa, conocido como Estado de Protección Temporal (TPS, en sus siglas en inglés), fue establecido durante el gobierno de George Bush para dar asilo a los afectados por diversos problemas en sus países, como es el caso de El Salvador por los dos mortíferos terremotos acontecidos en el 2001.
Por su parte, el gobierno de El Salvador solicitó a la regencia estadounidense que ampliara el programa, ya que a pesar de haber pasado más de 15 años desde los terremotos, el país aún se encuentra sumergido en la violencia y la pobreza sin una solución que se vislumbre en un futuro cercano.
Mientras que el gobierno de Trump alega que este programa de protección estaba perjudicando los derechos e intereses de los ciudadanos estadounidenses al priorizar los de los migrantes. Además de considerar que en el país salvadoreño la crisis económica y social ya se solucionó.
Reacciones en El Salvador
El regreso de casi 200.000 personas al país no ha sido una noticia ignorada por los salvadoreños, quienes revelan su preocupación ante el regreso de tal cantidad de personas a un país que se encuentra sumergido en la pobreza y violencia.El Salvador fue calificado como el país con el menor crecimiento del PBI durante el año 2016, según el Banco Mundial y corroborado por las autoridades del país.
Según el New York Times, la situación en El Salvador es bastante complicada, con un mercado laboral saturado y una gran población delincuencial, el retorno de los migrantes solo ocasionaría más caos y escasez de recursos para los salvadoreños.
“Dañará a la economía de Estados Unidos al privarla de migrantes que trabajan duro y que son encarcelados en tasas 44 por ciento menores que las de los nativos de Estados Unidos. Tendrá un impacto lamentable en la economía de El Salvador, ya que 200.000 personas, muchas de las cuales no hablan español, llegarán en busca de trabajos inexistentes”, explica T.Call.
Esta es la situación que viven los migrantes Salvadoreños y que hasta la fecha, no han conseguido juez ni ley que los ampare. Cabe destacar, que el día de ayer, el juez William Alsup, anuló la decisión del gobierno de Trump para deportar a 800.000 inmigrantes en Marzo y obligando al poder ejecutivo estadounidense a ampliar el programa DACA.