El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, se presenta a una audiencia en el Tribunal de distrito en Jerusalén, Israel. (Foto: AFP)
El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, se presenta a una audiencia en el Tribunal de distrito en Jerusalén, Israel. (Foto: AFP)

Desde conveniencia con la prensa hasta donaciones de champán y puros, son algunas de las acusaciones por las que el primer ministro de , , acudió al Tribunal de Distrito de Jerusalén para comparecer ante una audiencia judicial que lo investiga por cargos de corrupción, informó AFP.

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El líder de 71 años permaneció en la sala del tribunal israelí durante 20 minutos, mientras escuchaba los cargos por los que se le acusa de corrupción, fraude y abuso de confianza en tres casos. De acuerdo con información de CNN, de ser hallado culpable puede ser sentenciado a 10 años de prisión.

En una carta escrita por sus abogados y presentada al tribunal el mes pasado, Netanyahu se declaró inocente. “Estoy de acuerdo con la respuesta escrita en mi nombre”, dijo a AFP el jefe de Gobierno de Israel desde hace 15 años, un récord.

Netanyahu es el primer líder de Israel que pasa por un juicio político estando en el cargo. Sus abogados habían pedido varios meses para estudiar las pruebas contra su cliente.

Este juicio, que inició en mayo de 2020, debía reiniciarse en enero, pero debido a la pandemia por el COVID-19 fue aplazado para este lunes. En tanto, el líder de Israel se ha negado a renunciar al cargo y continúa en la carrera electoral parlamentaria hacia el 23 de marzo para ampliar sus 12 años de mandato, reportó AP y AFP.

Bejamín Netanyahu habla con su abogado durante una audiencia ante el Tribunal de Distrito de Jerusalén en Israel. (Foto: AFP)
Bejamín Netanyahu habla con su abogado durante una audiencia ante el Tribunal de Distrito de Jerusalén en Israel. (Foto: AFP)

¿POR QUÉ LO ACUSAN?

En el primero, conocido como “caso 4.000”, a Netanyahu se le acusa de querer realizar una cobertura favorable del portal Walla, a cambio de favores gubernamentales que habrían aportado millones de dólares a Shaul Elovitch, entonces empleado de Bezeq, gigante israelí de las telecomunicaciones y del que Walla forma parte.

En su investigación del caso, figura la fusión en 2015 de Bezeq con el distribuidor de televisión por satélite Yes, que en ese momento necesitaba el aval de las autoridades de control en Israel, reportó AFP.

Lo cierto es que Bejamín Netanyahu también era el responsable de la cartera de Comunicaciones. Sin embargo, él ha asegurado que la fusión Bezeq-Yes fue pertinente y que no ha buscado obtener una cobertura favorable de Walla a cambio de su aprobación.

En el segundo caso, denominado Mediagate o “caso 2.000”, el primer ministro está acusado de querer hacer una cobertura favorable del diario de pago más leído en Israel, Yediot Aharonot, a cambio de una posible ley para limitar la difusión del diario gratuito Israel Hayom, principal competidor del Yediot.

En el tercero, el “caso 1.000”, Netanyahu y algunos de sus familiares son sospechosos de haber recibido dádivas, como cigarros caros, botellas de champán y joyas valorados en más de 700.000 séqueles (un promedio de 215.000 dólares). Una de las personalidades que, se cree, enviaban los regalos es el productor Arnon Milchan, a cambio de favores financieros o personales.

Sin embargo, Bejamín Netanyahu dijo haber recibido una opinión legal de expertos que concluyeron a favor de cierto derecho a aceptar regalos de amigos cercanos. Además, negó haber concedido favores.

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