Villa Fiorito, en Buenos Aires, ya golpeada por la pobreza, se convirtió además en foco de COVID-19. (Foto: AFP)
Villa Fiorito, en Buenos Aires, ya golpeada por la pobreza, se convirtió además en foco de COVID-19. (Foto: AFP)

Ya antes de la, era uno de los países de la región con la economía más deteriorada. El país sufría los estragos de una colosal deuda externa y una profunda crisis social. La pandemia solo ha acelerado el desgaste financiero, que ha golpeado sobremanera a la población. Con un acumulado de 42.6% en los últimos 12 meses, Argentina figura entre los países de más alta del mundo. En América Latina solo la supera la hiperinflación de Venezuela.

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De acuerdo con un artículo de The New York Times, la pandemia ha acelerado un éxodo de inversión extranjera, lo que ha hecho disminuir el valor del peso argentino. Eso ha incrementado los costos de importaciones tales como comida y fertilizante y ha mantenido la tasa de inflación por encima del 40%.

“Hemos transitado muchas crisis, con inflación y con hiperinflación. Pero la dimensión de la crisis actual solo la podremos valorar cuando haya terminado”, dice Arturo Cabarcos, quien dirige un negocio familiar de fabricación de pasta, a la agencia de noticias AFP. El pequeño empresario está consciente de que “la inflación licúa los sueldos y los subsidios [ayudas sociales], y aumenta la pobreza”, que alcanza a 42% de los argentinos.

El alza de precios hace difícil no solo acceder a la canasta básica, sino mantener un negocio a flote. “Es muy difícil trasladar los costos al público. Hay productos con aumentos de 100% desde noviembre, como las pechugas de pollo. El precio de los envases también aumentó mucho. Tenemos que renunciar a las ganancias y aun así cada 20 o 30 días modificamos la lista de precios”, refiere Cabarcos.

Deuda

Argentina ya lleva tres años consecutivos en recesión. El 2020, cerró con un crecimiento negativo del PBI de -10%. En este escenario, el país debe hacer frente a su enorme deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Durante el anterior Gobierno, liderado por Mauricio Macri, Buenos Aires acordó el rescate financiero más grande en la historia del ente internacional: un paquete de préstamos extendidos a Argentina en 2018 por 57,000 millones de dólares. De esa cantidad, ya recibió 44,000 millones, muchos de los cuales se fueron en tratar de controlar la devaluación del peso.

En unos meses, el Gobierno del actual mandatario, Alberto Fernández, deberá renegociar el pago de la deuda y fijar un nuevo cronograma crediticio con el FMI.

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