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Decenas de personas protestaron ayer ante la embajada de EE.UU. en la capital mexicana por el , ente ellos dos deportados que aseguraron que México no está preparado para recibir a miles de jóvenes, si bien confiaron en que el Congreso estadounidense revierta la medida.

Gustavo Labariega, quien fue deportado por las autoridades estadounidenses después de vivir 18 años en el estado de Washington, lamentó la cancelación del programa porque "afecta drásticamente" la vida de 800.000 jóvenes conocidos como "soñadores", de ese total unos 625 mil son mexicanos.

"Son personas de bien" que fueron llevadas a Estados Unidos por sus padres desde niños, y "no son asesinos, les truncan de la noche a la mañana su carrera y su futuro", afirmó a Efe.

Muchos "no conocen México" y "si los deportan, va a ser un caos total", dijo Labariega, de 43 años, quien aseguró que "el Gobierno (mexicano) no está preparado para recibir a los 'dreamers' (soñadores) ni para recibir a los deportados".

Señaló que sus cuatro hijas, quienes se quedaron en Estados Unidos, no tienen problemas porque "son ciudadanas americanas", pero a los hijos de sus amigos sí les afecta.

Labariega, miembro del colectivo Deportados Unidos en la Lucha, confió en que "el Congreso reaccione y se dé cuente de la basura que tienen como presidente y eso les ablande el corazón" y den marcha atrás a la eliminación del programa.

En tanto, Eleazar Hernández, de 47 años e integrante de la misma organización, dijo a Efe que sus dos hijas sí se verán afectadas por la medida anunciada hoy el Gobierno de Donald Trump y "están muy preocupadas".

Contó que se las llevó a Estados Unidos, de donde fue deportado en 2015 luego de 15 años de residir en ese país, para que tuvieran "una vida mejor".

Sobre las medidas anunciadas hoy por la Cancillería mexicana para apoyar a los soñadores, indicó que su país "es muy bonito", pero "el Gobierno habla mucho" y "no hace nada, es pura mentira".

El Gobierno "dice a todos los deportados: México los recibe con los brazos abiertos, pero si tú vas al aeropuerto, ves a los deportados llegar, no hay nadie del Gobierno federal", apuntó Hernández, quien también expresó su confianza en que "el Congreso se toque el corazón".

El Gobierno de Trump anunció hoy su decisión de acabar con el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) y dar al Congreso un plazo de seis meses para buscar una alternativa, tras lo cual la suspensión se hará efectiva.

DACA fue promulgado en 2012 por el entonces presidente de EE.UU., Barack Obama, y gracias a él unos 800.000 jóvenes indocumentados, de los cuales 618.000 son mexicanos, han podido frenar su expulsión de ese país, obtener un permiso temporal de trabajo y, en algunos estados, una licencia de conducir. 

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