El ministro de Salud de Paraguay, Antonio Barrios, se declaró el lunes en contra de una campaña pública que busca presionar a las autoridades para que autoricen el aborto de una niña de 10 años con 23 semanas de gestación, violada por su padrastro.
"Si se debía abortar, tuvo que ser antes de la semana 20. El embarazo no será interrumpido", dijo Barrios, un médico pediatra, en declaraciones a periodistas.
La niña, que se encuentra bajo custodia del hospital de la Cruz Roja de Asunción, fue violada por la pareja de su madre, que vivía con ella y la pequeña.
"Lo del aborto ya lo hemos explicado y descartado por completo. El ministro de Salud está en total desacuerdo", insistió el funcionario.
La campaña pública fue lanzada por la representación local de Amnistía Internacional (AI) bajo el nombre "#NiñaEnPeligro", para advertir que no se puede obligar a la menor a concebir.
La ONG argumentó que para la Organización de Naciones Unidas (ONU), este caso se circunscribe en "tortura y otros malos tratos", como lo establece la Convención contra la Tortura de la entidad multilateral. (AFP)