Ayer, se registró un ataque en la terminal de ómnibus de Manhattan, isla situada en la desembocadura del río Hudson en el norte del puerto de Nueva York, donde cuatro personas resultaron heridas, aunque ninguna sufrió lesiones graves.
De acuerdo a los medios de comunicación estadounidenses, el posible explosivo detonó bajo tierra en un frecuentado intercambiador de autobús y metro.
Tras el ataque, la Policía detuvo a un hombre de 27 años con residencia en Brooklyn, uno de los cinco condados que conforman la ciudad de Nueva York, en el área de Flatbush, portando un chaleco explosivo. Fue herido y lo trasladaron al nosocomio de Bellevue.
Posteriormente, el sospechoso fue identificado con el nombre de Akayed Ullah, quien podría tener alguna vinculación con el Estado Islámico.
Inmediatamente despúes, al presidente estadounidense, Donald Trump, se lo informó de lo acontecido, según informó la encargada de prensa de la Casa Blanca, Sarah Sanders. Asimismo, al alcalde de la ciudad, Bill de Blasio.
La explosión deterioró el corredor de autobús y metro en la Calle 42 con la 8va. Avenida en 'hora punta' de Manhattan. A raíz de ello, la Policía evacuó varias líneas del metro y cerró las calles en los alrededores.