Durante el 2017 han muerto al menos 62 presos murieron en los centros de detención preventiva de Venezuela durante 2017. Del total de víctimas mortales, 27 fueron baleadas, cinco apuñaladas y tres golpeadas. Además ocho presos perdieron la vida por tuberculosis, nueve por desnutrición y uno por síntomas de ambas enfermedades, y otros 12 por asfixia, suicidio o amibiasis. Según un informe de una ONG llamada "Una Ventana a la Libertad", publicado este jueves.
Los enfermos de tuberculosis "no recibieron los tratamientos médicos requeridos", denunció la asociación, que sostiene que 98% de los 198 penales monitoreados carecen de servicio médico.
Con un hacinamiento de 250,8%, esas instalaciones, que albergan a 14.525 personas, también presentan graves condiciones de insalubridad: 62% no tienen servicios higiénicos, mientras 64% carecen de agua potable y 52% de recolección de basuras, detalla la ONG.
Venezuela enfrenta una grave crisis de salud, que se refleja en una escasez de medicinas de 95%, en el caso de las de alto costo, y de 85% en esenciales como hipertensivos, según la Federación Farmacéutica. En tanto, el desabastecimiento de insumos médicos alcanza 85%, de acuerdo con varias ONG.
Una Ventana a la Libertad sostiene que en los centros investigados hay 186 internos con enfermedades crónicas. Además, del total de personas recluidas allí 27% ya fueron procesadas pero no han sido trasladadas a sus centros carcelarios definitivos, en tanto un centenar continúan presas pese a tener orden de libertad.
Desde julio de 2011, el gobierno venezolano puso en marcha un plan para pacificar los penales y adecuarlos a estándares internacionales. Hay unas 50 cárceles en el país, de las cuales 98% funcionan bajo el nuevo régimen. Pero Una Ventana a la Libertad asegura que el proyecto no ha avanzado como se prometió.