Recuperan obra de Lichtenstein perdida en 1970 y valorada en 4 millones
Recuperan obra de Lichtenstein perdida en 1970 y valorada en 4 millones

La Fiscalía Federal del sur de Nueva York anunció hoy la recuperación de una pintura del artista estadounidense Roy Lichtenstein, "Cable Eléctrico", que desapareció misteriosamente en 1970 y que ahora está valorada en aproximadamente 4 millones de dólares.

El cuadro fue devuelto hoy a la propietaria legítima, Barbara Bertozzi Castelli, viuda del galerista Leo Castelli, quien exhibió la pintura en su galería de Nueva York.

La misteriosa desaparición de la pintura ocurrió en febrero de 1970, cuando Castelli mandó limpiar la pintura al restaurador Daniel Goldreyer y poco después de que éste la recibiera, la obra desapareció sin explicación, según señaló la fiscalía en un comunicado.

En diciembre de 2006, la Fundación Roy Lichtenstein, una organización sin ánimo de lucro dedicada al arte y legado del artista, publicó una imagen del "Cable eléctrico" en su tarjeta de felicitaciones navideñas y pidió ayuda a la comunidad artística para encontrar la pintura.

Pero la pintura no reapareció hasta julio de este año en una empresa de Nueva York especializada en almacenamiento de obras de arte, después de haber estado expuesta en la Quinta Galería de Bogotá.

Según las investigaciones, la viuda del restaurador Goldreyer, Sally Goldreyer, fue quien vendió el cuadro a esta galería colombiana.

La nota añadió que Sally Goldreyer aseguró que cuando su marido murió en 2009, ella y otras personas limpiaron las taquillas de los trabajadores de la empresa de restauración y encontraron en una de ellas el "Cable Eléctrico".

Según la viuda de Goldreyer, dio todo el contenido de esta taquilla a un amigo, aunque posteriormente decidió ofrecer la obra a la Quinta Galería.

No obstante, al tiempo de haberla vendido, Sally Goldreyer vio el aviso de la pérdida de esta obra a través de internet y decidió devolver el dinero que había ingresado por la venta.

Tras conocer los hechos, la viuda y la fiscalía federal acordaron que Sally Goldreyer renunciaría a todos los derechos, títulos e intereses de la pintura y que la obra sería devuelta a su propietaria.

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