Senador colombiano: "Las FARC cambiaron posición que mantuvieron 50 años"
Senador colombiano: "Las FARC cambiaron posición que mantuvieron 50 años"

Juan Fernando Cristo Bustos es actualmente presidente del Senado de Colombia. Luego de que su padre, Jorge Cristo Sahium, fuera asesinado en 1997 por la guerrilla del denominado Ejército de Liberación Nacional (ELN), emprendió una meteórica carrera política que lo mantiene como representante del Congreso desde 1998.

Cristo es además un destacado representante del Partido Liberal, y en medios de su país consideran que puede convertirse en uno de los principales protagonistas de un eventual segundo gobierno del presidente Santos, del cual es aliado político.

Correo dialogó con él acerca de las negociaciones que el gobierno colombiano sostiene desde hace más de un año con la guerrilla de las FARC en La Habana de cara al proceso de paz, y sobre las implicancias que pueden tener estas conversaciones en los comicios presidenciales de mayo próximo, en los que Santos, según todo parece indicar, postularía a la reelección.

Correo: ¿En qué consiste el reciente acuerdo de "participación política" adoptado entre el gobierno colombiano y las FARC?

Juan Fernando Cristo: El Gobierno y las FARC acordaron hace un año una agenda muy concreta de negociación para la búsqueda de una solución definitiva al conflicto armado en Colombia. La agenda contempla cinco puntos: desarrollo agrario, participación política, fin del conflicto, drogas ilícitas y víctimas. Sobre el primero, hace unos meses se celebró un acuerdo. En la última semana se cristalizó el acuerdo en el punto referido a la participación en política, el cual permite ampliar la democracia en el país, establecer un catálogo de derecho de la oposición en Colombia, crear unas circunscripciones especiales para la Cámara de Representantes en las regiones que han sido afectadas por el conflicto armado, que serían unas curules adicionales a la composición actual del Congreso ocupadas por líderes y dirigentes de esas regiones, elegidos popularmente, pero con un mecanismo que no los haga competir en esas curules con los partidos tradicionales de Colombia. Todo ello implica introducir cambios para darle mayores garantías a la oposición y, obviamente, también habrá mecanismos de seguridad para aquellos integrantes de las FARC que decidan finalmente entregar las armas e incorporarse a la política. Este es un acuerdo histórico en Colombia. Las FARC, durante 50 años, sostuvieron la tesis de que solo mediante las armas se podía avanzar una política en Colombia, pero la sola firma de este punto del acuerdo cambia totalmente la posición que ellos mantuvieron. Esto significa una inversión muy grande de esperanza y optimismo de la opinión pública colombiana frente al futuro del proceso de paz en general.

C: ¿Significa que las FARC van a poder tener representación ante el Congreso en las jurisdicciones donde han tenido predominancia e influencia?

JFC: No las FARC; los habitantes de esas zonas. Y si los habitantes de esas zonas votan por las FARC o por los integrantes de las FARC, obviamente una vez entregadas las armas, pues entonces allí habrá una representación genuina de esas jurisdicciones. La idea es crear unas circunscripciones especiales. Entiendo que será como una especie de reparación política a los habitantes de esas zonas, que durante muchos años no han podido participar en política por la intimidación de los distintos grupos dialectos, incluidas las FARC.

C: Hay sectores en su país que no conciben la idea de que los cabecillas o representantes de las FARC reciban como un premio la opción de ser elegidos en el Congreso.

JFC: Eso no se definió en el segundo punto del acuerdo. Ese será un tema que se defina en aplicación de los mecanismos de justicia transicional. Lo que se ha definido es el cómo, es decir, cómo va a funcionar la democracia, qué cambios hay que introducir, y si hay que crear circunscripciones especiales. En cuanto a quién va a poder participar a nombre de las FARC, y si podrán hacerlo quienes hayan cometido delitos de lesa humanidad, eso se definirá en el último punto de la agenda, y allí, obviamente, se dará un debate que habrá que definir en su momento. Este proceso tiene algo único en la historia de los procesos de paz en Colombia, y creo que en América Latina y en el mundo, que es un acuerdo final de cinco puntos entre el Gobierno y las FARC que va a ser sometido a un referéndum; y la población decidirá si ese acuerdo es razonable, si es lógico, y qué tanto costo estamos dispuestos a pagar para conseguir la paz y la reconciliación en Colombia.

C: ¿El acuerdo traerá como consecuencia la modificación de la Constitución y del sistema electoral?

JFC: Muchos puntos del acuerdo van a significar cambios constitucionales que se podrán realizar también por la vía del referéndum y otros cambios serán legales, que aún no están definidos. Por ejemplo, este tema de las circunscripciones especiales requiere cambios constitucionales, porque significa cambiar la composición del Congreso.

C: ¿Las negociaciones que se vienen desarrollando en La Habana podrían interferir en el proceso electoral colombiano de mayo próximo?

JFC: Las negociaciones no solamente podrían interferir. Considero que deben interferir y es sano que lo hagan. Es bueno que los colombianos voten primero en marzo la elección en el Congreso, y luego en mayo la presidencial, fijando su posición frente a los distintos sectores políticos, y se conozca de esta forma la actitud que tiene cada uno de los sectores políticos frente al proceso de paz. No me asusta ni me escandaliza eso.

C: ¿Ello pese a que el presidente Santos dijo que no era conveniente juntar los tiempos de las negociaciones con el proceso de paz?

JFC: Sí, lo dijo al comienzo del proceso. Había una expectativa de que el proceso pudiera avanzar más rápido y llegar a un acuerdo antes de las elecciones. Esa posibilidad aún no está descartada, y creo que si se mantienen esos rumbos, podría llegarse a un acuerdo en el primer trimestre del año entrante; pero si no se llegara a un acuerdo definitivo sino parcial, creo que eso no es causa para no continuar con la negociación.

C: ¿La figura del presidente Santos es insustituible para terminar el camino de las negociaciones de paz en Colombia?

JFC: Creo que no es insustituible, pero sí es la mejor.

C: ¿A su juicio Santos debe ser reelegido para que el proceso llegue a buen puerto?

JFC: Aquí hay sectores políticos independientes y de la izquierda democrática que están acompañando el proceso de paz de La Habana, pero que no comparten la posibilidad de la reelección del presidente Santos, y están presentando opciones y alternativas a los colombianos. Cualquiera de esos sectores, si se diera el caso, creo que continuarían con la búsqueda de una salida negociada al conflicto, así como hay otros sectores que han señalado con toda claridad que acabarían con el proceso de paz y que no buscarían esa negociación política con las FARC. Depende de cómo se den los resultados políticos, pero sin lugar a dudas (Santos) está en mayor capacidad de garantizar no solo la firma de un acuerdo, sino su implementación con el compromiso y la decisión política que ha demostrado a lo largo de este proceso.

LA HAYA

C: Acerca del diferendo limítrofe con Nicaragua, ¿qué medidas está adoptando el Congreso de su país para adecuarse a la sentencia?

JFC: El Congreso está a la expectativa de la posibilidad de una negociación con Nicaragua frente al tema del fallo de La Haya, y cualquier eventualidad de un tratado limítrofe tendría que pasar por el Congreso. Aquí hay un respaldo total a la posición que expresó el presidente Santos de la inaplicabilidad del fallo mientras no exista un tratado bilateral que cambie los límites de Colombia, y estamos esperando ver cómo avanza aquí el jefe de Estado. Él tiene toda la confianza en las decisiones que tome para defender los intereses de Colombia en el mar Caribe.

C: Colombia está pidiendo un nuevo tratado de límites con Nicaragua...

JFC: Santos, cuando planteó la inaplicabilidad del tratado, planteó esa posibilidad más adelante. Hasta el momento parece que no hay señales de que se pueda comenzar a hablar sobre este tema. Aquí se ha adoptado la actitud de prudencia pero a la vez firmeza en la defensa de los intereses del país.

C: ¿Acaso esto sería volver a la situación anterior al fallo de La Haya?

JFC: La decisión del Estado colombiano no significa un desconocimiento o un desacato al fallo de La Haya, pero sin duda alguna hay claramente unos elementos dentro del fallo que hacen muy difícil su aplicación por lo menos en el corto plazo. Colombia no ha dicho que no acata el fallo; ha planteado problemas serios en su aplicabilidad.

PROCESO ELECTORAL

C: Según las encuestas, el 72% está en desacuerdo con la reelección del presidente Santos, y su popularidad está por el 25%. ¿Cuál es su opinión al respecto?

JFC: Depende de qué encuestas, hay otras que lo ponen más arriba; en encuestas se puede decir que hay de todo como en botica. Pero, sin duda alguna, hay quienes atribuyen una disminución de la popularidad del presidente Sanos precisamente porque se ha jugado a fondo por este proceso de paz, pero a la vez muchos colombianos no confían en la buena voluntad de las FARC para llegar a una negociación que signifique la culminación del conflicto. Sin embargo, considero que episodios como el acuerdo de la última semana hacen que los colombianos recuperen la fe y el optimismo en la posibilidad de la paz, y en esa medida también el presidente Santos recuperará espacios en la opinión pública.

C: ¿Cómo ve a los contendores de una eventual candidatura de Santos?

JFC: Los contendores a la vista, la candidata del Polo Democrático, Clara López, y el del Centro Democrático, Óscar Iván Zuluaga, que hasta el momento están definidos, son dos candidatos respetables, con una ideas muy claras, uno en la izquierda, y el otro en la extrema derecha, y por eso para el presidente Santos será una campaña... Ninguna campaña política se puede dar por descontada, una lucha por la Presidencia de la República en Colombia no es fácil, pero creo que los colombianos cuando evalúen estos años de gestión del presidente Santos y miren las posibilidades del futuro del país sin conflicto, terminarán apoyándolo mayoritariamente. A mí no me cabe duda que si toma la decisión de aspirar a la reelección, ganará, y lo hará en primera vuelta.

TAGS RELACIONADOS