Es verdad que hoy celebramos 77 años del Protocolo de Paz, Amistad y Límites de Río de Janeiro (1942), firmado por los cancilleres Alfredo Solf y Muro, por el Perú, y Julio Tobar Donoso, por el Ecuador, luego de que el año anterior ambos países mantuvieran la denominada Guerra de 1941; sin embargo, también lo es que, un día como hoy, hace 24 años, durante el conflicto del Cenepa (1995), se inmoló el capitán del Ejército Luis Alberto García Rojas. Ofrecido voluntario en reiteradas ocasiones en operaciones aéreas en la brava zona de combate, el helicóptero MI-8-EP 547 en el que volaba como comandante de la nave fue impactado por las baterías enemigas y explotó en el aire, por lo que murió instantáneamente con los demás miembros de su tripulación. El arrojo de García Rojas -un requisito fundamental para proclamar su heroicidad- había quedado registrado en su desafío permanente en las peligrosas misiones, lo que configuró técnicamente la inmortalización de su hazaña como héroe al priorizar de modo incontrastable su amor a la patria antes que a su vida misma. Superando el cumplimiento del deber, su excepcional gesto lo elevó a la condición de Héroe Nacional, reconocido por Ley 28682. Es Patrono de la Aviación del Ejército. García Rojas no murió en vano. Concluido el conflicto bélico por la Paz de Itamaraty, el 17 de febrero de 1995, siguieron las negociaciones para alcanzar la paz definitiva lideradas por el entonces canciller Francisco Tudela (1995-1997), secundado por un magnífico equipo diplomático donde brilló con luz propia el recientemente desaparecido embajador Alfredo Chuquihuara Chil (1958-2018) -en ese momento primer secretario del SDR-. El 26 de octubre de 1998 fue sellada la paz por el histórico acuerdo en la ciudad de Brasilia, acabando con más de 50 años de enfrentamientos. Desde esa fecha, Perú y Ecuador mantienen una de las más importantes relaciones bilaterales de la región, vigorizada permanentemente por el Plan Binacional de Integración Fronteriza. Los peruanos deberíamos conocer como corresponde a nuestro héroe Luis Alberto García, cuyos restos reposan en la Cripta de los Héroes desde el 2017.