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La historia de la humanidad ha estado marcada por los conflictos. Si queremos, podemos mirar los más de 2000 años de una historia desde occidente o quizás varios miles de años más, si nuestra observación es planetaria; sin embargo, ningún conflicto de los que podamos analizar revisando el pasado -por ejemplo, las Guerras Médicas, Guerras Púnicas, Guerra de las Galias, Guerras de Cruzadas, Guerra de los Cien Años, Guerra de los Treinta Años y muchas otras más, incluida la Primera Guerra Mundial u otros muchos conflictos regionales- tiene comparación en impacto numérico de muertos (70 millones) y en desastres materiales (un billón de dólares) a los que produjo la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Este suceso transformó la sociedad internacional, que había sido testigo de una devastación de la calidad humana nunca jamás antes vista en la historia. La guerra, localizada principalmente en Europa aunque cruzó hasta los territorios africanos y tuvo episodios de sangre en el océano Pacífico, había remecido la conciencia de los hombres cuando llegó a su fin, en los primeros días del mes de mayo de 1945. Es verdad que debieron suceder las desgracias en Hiroshima y Nagasaki, el 6 y 9 de agosto siguientes, en que fueron lanzadas dos bombas atómicas que en segundos cobraron más de 200 mil muertos, para que realmente se apagara el fuego de la barbarie. La Guerra de 1939 había estremecido a la humanidad. La Organización de las Naciones Unidas, que surgió al final de la conflagración (1945), consagró en su Carta fundacional que la regla de la sociedad universal sería a partir de ese momento la paz, juridizándola de tal manera que su inobservancia suponía la acción del derecho internacional imputando responsabilidad a quienes la violenten o amenacen su mantenimiento. Por ello, la misma ONU siembra un árbol como símbolo de la paz cada vez que se aproximan los días anteriores a la conmemoración del final de aquel infausto episodio del holocausto judío de aquella guerra. Este gesto se repetirá durante el inminente 8 de mayo, en que se recuerda la noticia de la victoria europea sobre las tropas nazis.