El director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas, David Beasley, reveló hace algunos días que el mundo corre el riesgo de afrontar una hambruna “de proporciones bíblicas”. Añadió que la principal afectada será América Latina y estimó que el porcentaje de la gente que sufrirá carencia de alimentos aumentará en un 269%. Todo debido a las consecuencias de la pandemia. Por supuesto, en esta parte del continente, Perú será uno de los más golpeados. Las señales son claras. EL INEI reportó la caída del PBI en -32% en el último trimestre. Si a la crisis le sumamos el populismo del Congreso, que aprueba leyes para transferir recursos en un claro mecanismo de irresponsabilidad, la situación en nuestro país será muy grave.

Perú tenía unas de las reservas internacionales netas más altas de América Latina antes de la crisis provocada por la COVID-19. En su tarea de contener los contagios y fallecidos por el avance del virus ha gastado mucho dinero. Los congresistas le han añadido más problemas a la caja fiscal. Con una mezcla de desconocimiento de los problemas y de la institucionalidad, más un interés político porque se acercan las elecciones y tienen que ganar votantes, están repartiendo engañosos beneficios con el dinero de todos los peruanos. Están seguros que en esta tarea de distribuir dinero sin disciplina fiscal están generando un espacio de interacción con los electores y que van a caer más simpáticos.

TAGS RELACIONADOS