El flamante presidente de la República interino, Francisco Sagasti, luego de jurar el cargo ante la Representación Nacional, se ha referido con especial atención a los jóvenes del Perú. Hizo bien en pedir perdón a los familiares de Inti Sotelo Camargo de 24 años y Bryan Pintado Sánchez de 22, fallecidos durante las protestas del pasado fin de semana. En realidad la juventud está determinando muchos de los procesos políticos y sociales en diversas partes del mundo. La denominada Primavera Árabe iniciada en Túnez (2010) y luego diseminada por el norte africano y el Medio Oriente, reflejó la ira de los jóvenes de esas tierras por contar con modernidad, democracia y tecnología que gozan sus coetáneos en otras partes del globo. Una década después, los jóvenes en América Latina también se han hecho sentir en los últimos tiempos en Ecuador, Chile, Bolivia y ahora en Perú. Están llenos de energías y se vuelven imbatibles acometiendo sin desmayo y eso es bueno. Ahora bien, el llamado al protagonismo de la juventud no es nuevo. Luego de la guerra con Chile (1879), Manuel González Prada (1844-1918), imputando los errores de nuestra clase política de aquel momento por la derrota, pensando en la verdadera reconstrucción nacional, los inquirió con la afamada frase “Los viejos a la tumba y los jóvenes a la obra”; sin embargo, los jóvenes no deben creer que tienen el monopolio de la verdad y de los aciertos. También se equivocan y hasta es propio de su proceso para llegar a una madurez y adultez robustas. Por su talento e inteligencia alcanzarán la sabiduría cuando viejos y para ello, primero, deberá transcurrir el inexorable decurso del tiempo, que es el único camino para conseguirlo. Mientras se van haciendo en la vida promovidos por sus talentos, no deben apresurarse y mucho menos despreciar a los viejos porque siempre la experiencia es más amiga de la sabiduría que el temprano conocimiento. Los jóvenes deben ser conscientes de que son muy importantes para el desarrollo del país pero también de que cuentan la astucia para percatarse que buscarán manipularlos con nuevas marchas creyendo que solo así se consigue sus reclamos. Atentos y mucha cautela.
A la juventud del Bicentenario
Columna de opinión