En su desesperación por la avalancha de investigaciones por corrupción que lo persiguen, el presidente Pedro Castillo, quizá guiado por los asesores dudosos que tiene en Palacio de Gobierno, varios de los cuales también tienen pesquisas abiertas en el Ministerio Público, ha salido el sábado con la pierna en alto contra la oposición del Congreso, a la que ha calificado de golpista, y también ante los medios que hacen su trabajo y ponen luces sobre su ineficiente y quizá corrupto accionar.

Al mandatario lo están engañando y haciendo creer que tiene el respaldo “del pueblo” y que es capaz de movilizar masas en defensa de su “eficiente” e “inmaculado” régimen, donde Bruno Pacheco con sus letales acusaciones, Juan Silva, Fray Vásquez, la cuñadísima, la tesis plagiada avalada por César Acuña, su sociedad con el corrupto Vladimir Cerrón y su cercanía con los senderistas reciclados del Movadef, son inventos de opositores y de la prensa.

¿No se da cuenta que hasta para caminar apenas unas cuadras por los alrededores de Palacio de Gobierno tiene que movilizar a cientos de policías para que lo cuiden? ¿Ya se olvidó que el 5 de abril último una marcha de indignados lo llevó a salir despavorido del Congreso ante el temor de la furia del “pueblo” por disponer un ilegal encierro? Qué tan grande será la soledad del presidente Castillo y su incapacidad para convocar, que ha tenido que rotar ministros para parchar su gabinete.

Y respecto a la prensa, ¿qué va a hacer con los medios que hacen su trabajo como en cualquier democracia? ¿Querellas como la que le va a interponer a Panorama por difundir las acusaciones de Pacheco ante la Fiscalía? ¿Se va a dedicar a azuzar a la gente en las calles, como en la campaña, para que ataque a reporteros? ¿Mandará a sus ronderos a secuestrar y robar a periodistas? ¿Tanto miedo le dan las cámaras y los micrófonos?

Pese a que el Ministerio Público le respira en la oreja con cinco investigaciones que sin duda en su momento le harán pasar una inmensa factura, el mandatario debería mantener la calma. Además, un alto porcentaje de peruanos lo rechaza por situaciones que no son inventos de la oposición –que en su mayoría es patética–, ni de los medios. Eso de que va a llevar adelante una “cruzada nacional” en defensa de su gobierno, es una fantasía.