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El jueves 15 de diciembre del 2016 debe ser tomado por la clase política como el fin de un capítulo de la gestión de Pedro Pablo Kuczynski y marcar el inicio de uno nuevo, pues el país no debe parar y menos seguir en ese letargo en el que se encuentra.

Se coincide en que la reforma educativa, en sus diferentes niveles, debe de continuar si aspiramos encontrar el camino para el desarrollo armonioso del país y como puntualizó, el domingo último en Arequipa en Hay Festival, el Jefe de Estado cuando su amigo, el periodista inglés, Christopher Roper le preguntó, ¿Presidente, cuál es su sueño al término de su mandato? y respondió: “Hallar el camino para dejar un país encaminado al desarrollo”.

Estamos a menos de 14 días de finalizar el presente año y si no se ordenan las cosas y aplican reformas mucho más profundas, en cada uno de los sectores del gobierno, entonces tendremos un Perú igual y sin cambios.

El agro necesita de medidas destinadas a incentivar la investigación y mejor transferencia tecnológica.

La atención en salud no mejora y no se sienten cambios.

Hay que apurar el destrabe de la serie de proyectos que siguen pendientes para que la economía alcance las proyecciones de superar el 4 y posiblemente llegar a un 5 en el crecimiento nacional.

Las reformas deben continuar para recuperar la seguridad y parar de una vez el avance de la violencia.

Obras de gran impacto no se vislumbran todavía.

En materia económica se dan algunas modificaciones, pero faltan más.

La agenda del 2017 tiene que ser de más acción y diálogo.

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