En estas semanas duras para el país, en estas semanas que también son de política acuosa y a ratos disparatada, el líder de Alianza Para el Progreso, César Acuña, apenas ha asomado la cabeza. No se le oye ni se le ve. Pero hay una forma de saber qué piensa y qué está diciendo sin verlo ni oírlo. Basta con mirar lo que hace y escuchar lo que dice Luis Valdez, miembro de la Mesa Directiva del Congreso y exgobernador de La Libertad (esto último justamente por obra y gracia de Acuña, que renunció a ese cargo al año de ser electo y dejó sentado en dicho sillón a Valdez).

Valdez tiene una relación muy especial con Acuña. Una relación que se asemeja a la de un padre y un hijo. El exgobernador ha dicho más de una vez que Acuña es como su padre, y el líder de APP siempre lo ha tratado como un hijo, precisamente.

El actual vicepresidente del Congreso es abogado egresado de su universidad y desde joven ocupó cargos de mucha confianza para Acuña. Primero fue gerente de Asesoría Jurídica de la municipalidad de Trujillo, cuando el fundador de APP era alcalde. En esa misma gestión fue promovido después a gerente general, cargo que dejó –en medio de tensiones y señalamientos- cuando asumió la alcaldía la hoy ministra Gloria Montenegro (ante la renuncia de Acuña para ser candidato al gobierno regional).

Hoy Valdez, quien ha estrenado nuevos asesores de modo llamativo, lanza dardos desde el Congreso al Ejecutivo y se sube al coche del populismo con el que ha empezado a atropellar el Legislativo. No es solo él en realidad, lo podemos asegurar. Cada movimiento del congresista electo por La Libertad tiene a César Acuña como autor. Es como su ventrílocuo. Así que a través de él ya podemos ver cuál es la agenda del líder de APP de cara a las elecciones de 2021.