No se entiende a un ciego hasta que se deja de ver; ni se entiende a un sordo hasta que se deja de oír. Parece una tontería, pero en muchos casos, solo valoramos lo que tenemos cuando dejamos de tenerlo. Mientras tanto, creemos que sabemos apreciarlo y nos convencemos como auténticos expertos. Son frases que uno encuentra cuando busca una descripción de quienes no saben valorar lo que tiene a su alrededor hasta que lo pierde.

Por Navidad recibí un interesante libro Pinacoteca del Museo Histórico Municipal de Arequipa-Guillermo Zegarra Meneses y que resume la investigación del periodista y columnista de Correo, Omar Zevallos Velarde, bajo el auspicio de la Caja Arequipa.

Abrí el libro la noche del 31 de diciembre del 2016 y comencé a revisar página por página, resultando una agradable y grata sorpresa su contenido.

Sorprendido por lo que encierra este museo enclavado en pleno centro de Arequipa y más aún por los valiosos objetos que guarda en su interior, en gran parte producto de los años de actividad cultural que vivió la Ciudad Blanca.

El libro lo terminé de leer antes de recibir el 2017 y quedé entusiasmado por ver la colección de grandes artistas arequipeños como conocer de su historia, que nace entre 1897 y 1898, sobre su apogeo y brillantez que alcanzó en manos de Guillermo Zegarra Meneses a partir de 1954; empero, a partir de la década de los 80 del siglo pasado, ese esfuerzo se “fue diluyendo con el tiempo y la falta de interés de las sucesivas gestiones municipales que no cuidaron ni incrementaron su patrimonio...” (sic).

La obra de Vinatea, Núñez Ureta, Mancilla, Angulo y otros más que no se pierda y la Municipalidad asuma la defensa por la cultura.