Es de esperarse que mientras se publica esta edición de Correo, el Ministerio Público haya intervenido ya en el caso del alcalde del distrito trujillano de Moche, César Fernández, elegido por Alianza para el Progreso (APP), quien ayer, a voz a voz en cuello desde el balcón del local edil, salió a pedir a sus vecinos que no acaten la cuarentena focalizada dispuesta por el Poder Ejecutivo.

Este sujeto es un peligro para la gente de Moche que por un lado ve que el gobierno central dispone la inmovilidad, y por otro está su autoridad local en un balcón, provisto de micrófono y parlante, desconociendo las disposiciones sanitarias. No se trata de cualquier ciudadano, sino de un alcalde que está actuando con punible irresponsabilidad.

Hechos como este, no pueden quedar impunes. Además, en días pasados, este burgomaestre ha estado criticando a los mayores de 60 años por no salir a trabajar, al tiempo que ofrece cubrir los gastos de sepelio a quienes acrediten que un familiar del distrito ha muerto de COVID-19. Antes, pidió al gobierno ruso que le envían la vacuna que Moscú dice haber producido.

Acá también debería intervenir el Colegio Médico del Perú, a fin de evitar que el alcalde Fernández siga atentando contra la salud de los peruanos. ¿O acaso él se va a hacer responsable de los enfermos de su distrito? Situaciones como estas no se pueden permitir, mientras cientos de personas siguen muriendo todos los días y miles sufren de contagios.

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