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Nuestro país está alarmado por una enfermedad no muy conocida, que, sin embargo, es devastadora si no se trata a tiempo, evidentemente, con consecuencias fatales. Se trata del Síndrome de Guillain-Barré, que se genera cuando el sistema inmunitario ataca los nervios que controlan los movimientos de las personas. El Ministerio de Salud informó que existen casi cien casos en todo el Perú y emitió una alerta epidemiológica.

Ante este crítico panorama, se esperan medidas concretas del Gobierno para contrarrestar el avance de este mal. Lo urgente es apoyar en el tratamiento de los enfermos, ya que los costos de los medicamentos son altos; pero también es fundamental informar sobre las medidas de prevención y articular estrategias para detectar de manera precoz la aparición de estos casos.

Ante estas circunstancias, el presidente de la República y la ministra de Salud tienen el gran reto de demostrar la capacidad del aparato del Estado para enfrentar problemas como el que aqueja a todo el país. Además de decir que se está preparado para dar soluciones, se debe implementarlas.

El Gobierno ha dado un buen paso al tomar la decisión de incrementar el Impuesto Selectivo al Consumo para desincentivar el consumo de bebidas con alto contenido de azúcar a fin de cuidar la salud; pero en estos momentos es fundamental atacar el grave daño que podría causar el Síndrome de Guillain-Barré. Lograr reducir su impacto es síntoma inequívoco de un país moderno.